La delicada situación de emergencia sanitaria que estamos viviendo a raíz de la aparición del nuevo coronavirus en la localidad china de Wuhan ha puesto en jaque al mundo. Medio planeta se encuentra confinado en sus hogares como medida de distanciamiento social; una herramienta básica para prevenir que se siga expandiendo la enfermedad.

Este confinamiento masivo tiene su lado positivo y es que le estamos dando un respiro al planeta. Los niveles de contaminación de las grandes ciudades se han visto reducidos con creces llegando a cifras que no se observaban hace más de tres décadas. Otros lugares han visto como se recuperaba su fauna como es el caso de los canales de Venecia o las 70 mil tortugas marinas que han podido anidar en las playas de Odisha. La realidad es que la cuarentena obligatoria nos está regalando algunas postales de lo más insólitas que hacía mucho que no veíamos.

La pandemia de coronavirus ha obligado a que más de 1.200 millones de habitantes de la India estén confinados en sus casas. Una medida que lleva en activo poco más de dos semanas y que en tan solo quince días ha dado sus resultados. Los habitantes de la ciudad de Jalandhar (al norte de Nueva Delhi) se levantan cada mañana con unas impresionantes vistas de la cordillera del Himalaya desde 200 kilómetros de distancia; algo que no observaban desde hace casi treinta años. Esta estampa se da gracias al cierre de fábricas, aeropuertos y a la prohibición de la circulación con vehículos por carretera. Las restricciones han permitido reducir hasta en un 44% los índices de contaminación.

“Nunca vi el rango de Dhauladhar desde la azotea desde mi casa en Jalandhar. Nunca podría imaginar que eso fuera posible. Una clara indicación del impacto que la contaminación ha causado por nosotros en la Madre Tierra. Esta es la vista”, escribió otro tuitero tras observar lo que estaba ocurriendo a través de su ventana.