En el siguiente vídeo vas a ver el doloroso viaje de uno Ferrari 360 Spider de estar completo a ser un montón de chatarra.

El vídeo es el último ejemplo de algo que se está volviendo habitual en Filipinas, donde el presidente Rodrigo Duterte ha impulsado una batalla por destruir todos los coches de lujo que entren en el país, aunque no todo el mundo esté de acuerdo.

Según el diario Gulf News, el gobierno filipino está intentando frenar la llegada de coches de lujo para impulsar la industria de automoción del país, y para ello ha puesto grandes impuestos a la entrada de estos vehículos.

El problema, que como siempre, hecha la ley hecha la trampa. Los importadores quitan algunas partes de los coches como el cubre maleteros, las llantas y otros componentes secundarios para importar los coches como partes sobre el papel, aunque en realidad sean coches completos al uso.

Como resultado, coches como este Ferrari pagan la culpa. Es una pena ver a auténticas joyas como esta destruirse por completo.