Donald Trump es uno de los candidatos al Premio Nobel de la Paz que se entregará el próximo 11 de octubre. Tras semanas de especulación, dos parlamentarios noruegos conservadores han reconocido que han impulsado la nominación del presidente de los Estados Unidos, después de que el Primer Ministro japonés, Abe, tampoco negara haberle propuesto.

La noticia puede parecer una broma. Donald Trump, el presidente que sigue haciendo todo lo posible por construir un muro entre México y EE.UU., y que ha negado el cambio climático, nominado al Nobel de la Paz.

Sin embargo, aunque cueste creerlo, tiene ciertas explicaciones. En primer lugar la lista de los nominados es ahora mismo de 304 candidatos, propuestos por distintas instituciones noruegas y suecas tras escuchar a organizaciones e instituciones también internacionales. Es decir, que hay un porrón de gente.

En segundo, y aquí ya entra la apreciación política, Trump, se quiera o no, ha conseguido reunirse con el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Un y ha conseguido que las dos Coreas acerquen posturas en una histórica reunión entre sus máximos dirigentes tras décadas de hostilidades que se produjo hace unos meses. De hecho, esta es la principal razón que han dado los parlamentarios noruegos en declaraciones a Reuters.

Hitler, Mussolini o Stalin también estuvieron nominados

En redes la noticia pese a todo ha sido tomada con sorpresa, y no sin parte de razón. También ha servido para recordar que la Academia también dio el Nobel a Barack Obama nada más llegar a la presidencia, aunque luego el demócrata mantuvoera a su ejército en varios conflictos armados, pero el caso más llamativo recordado es el de Adolf Hitler.

Sí, el dictador nazi estuvo nominado al Nobel de la Paz en 1938, pero no muy en serio. Un miembro de la Academia sueca de apellido Brant, antifascista declarado, impulsó su candidatura desde la ironía por el caos en el que estaba a punto de adentrarse Europa por su culpa y la pérdida de solvencia que en aquellos años también habían perdido los premios. No en vano, Mussolini, el dictador italiano, fue nominado unos años antes, en 1935, y también lo fue Stalin en 1945 y 1948.