Los Premios Goya celebran este sábado su gala de este año. La fiesta del cine español suele recibir críticas por lo largas y pesadas que se hacen sus ceremonias, que este año deberán presentar Silvia Abril y Andreu Buenafuente.

Sin embargo, entre tanto hastío, en 2012 hubo un momento de luz. Quizá con el objetivo de romper con la monotía, el guion de la gala contaba ese año con una actuación de El Langui, el rapero que  había protagonizado la película El Truco del Manco unos años antes, en la que comenzaba entonar un rap.

Hasta ahí todo normal y hasta con bastante interés por parte del patio de butacas. Después, fue entrando Javier Gutiérrez, hoy actor recurrente por antonomasia en cualquier película española, Juan Diego y por último (redoble de tambores), Antonio Resines.

Con su sombrero, y un movimiento que parecía ser su aproximación al break-dance, Resines comienza a rapear. "Solo somos capaces de entender 1998". Después, Tito Valverde entra y arregla algo la situación. La cara de José Coronado como intentando entender algo pero sabiendo que no lo va a conseguir lo dice todo.

Parece claro que hubo algún problema de retorno con el pinganillo de Resines, o que rapeaba a un nivel muy superior al que éramos capaces de entender entonces. Algunos lo tienen como un precursor del trap.

Años después Resines simuló estar muy enfedado en El Hormiguero cuando le recordaban la escena -porque en su momento no se lo tomó muy bien-, pero además de que fue una broma que dejó con la cara colgando a Pablo Motos, el actor también ha dicho que el rap de los Goya fue uno de los "grandes hitos" de su carrera.