Internet ha revolucionado el mundo de las ventas, eso está claro. Amazon, el crowdfunding, AliExpress... Ya estamos acostumbrados a sacar la tarjeta de crédito prácticamente todas las semanas para pagar cualquier cosa a través de la red. Pero cuando creemos que lo hemos visto todo, sucede el fenómeno que nos deja, una vez más, a cuadros.

Eso es lo que nos ha pasado con la noticia de Alla Wagner, la dueña de una casa en Alberta, Canadá, valorada en 1,7 millones de dólares. En lugar vender su casa de 465 metros cuadrados a la antinua usanza, ha optado por hacerlo de manera más divertida y, de paso, asegurarse de que la mansión se queda en buenas manos.

El proceso es muy sencillo: hay que escribir una carta corta, como máximo de 350 palabras, explicando por qué deberías ser tú el afortunado que se quede con la casa. Después la envías por email más 25 dólares a Alla Wagner y, una vez recolecte 68.000 cartas, habrá conseguido el valor de la mansión.

Las redes sociales, el jurado final

La dueña publicará las cartas finalistas en redes sociales para que el público vote sus favoritas, y de las 500 que seleccionen, hará entrevistas a los tres elegidos. Finalmente, uno de ellos se quedará con el premio: una mansión de tres habitaciones, cinco baños, una bodega y vistas panorámicas al paisaje de montañas y un estanque. Y todo por 25 dólares. Y ser capaz de explayar tu gran lenguaje en una carta de 350 palabras, claro.