La frase 'cualquier tiempo pasado fue mejor' está en ocasiones algo manida pero cuando tenemos que hablar del papel couché o crónica social (conocida popularmente como prensa rosa) es realmente cierta. El glamour de los años 90 y principios de los años 2000 es incomparable, tanto por las divas y señoras que poblaban las portadas de la prensa del corazón como por los variados formatos televisivos que tenían cabida, antes de que Salvamé y Telecinco fagocitasen cualquier competencia.

Internet es afortunadamente un lugar maravilloso y hay dos cuentas de Instagram que siguen recordando con nostalgia maravillosos momentos que nos dejó el mundo de la farándula en los años 90.

Una de ellas se llama 'Star Spanish' y se define como una cuenta en la que hay cabida para el divineo, el folclore y el costumbrismo. Es tremendamente activa, publicando varias veces al día (stories incluidos) y cuenta con más de 66.000 seguidores.

La otra cuenta tiene por nombre 'Es un escándalo' y está centrada en la tele de los 90 y en momentos y escándalos propios de Tele 5. Cuenta con más de 63.000 de suscriptores y junto a la anteriormente mencionada 'Star Spanish' nos da la dosis necesaria de papel couché noventero que nos permite sobrevivir en nuestro día a día.

Fotografías míticas

Estas cuentas rescatan imágenes que creíamos olvidadas, como la de una joven Isabel Pantoja paseando por la playa con una bonita camiseta (Don't worry, be Panto) o fotografías absolutamente aleatorias como una en la que aparecen posando Lucía Hoyos y el mismísimo Woody Allen.

Reinas que echamos de menos

En los años 90 copaban las portadas de la crónica social auténticas divas y señoras de los pies a la cabeza. Lola Flores, Rocío Jurado (La Más Grande) o la inigualable Carmina Ordóñez eran personajes importantísimos dentro de nuestra sociedad y forman ya parte de nuestra cultura popular. Estas dos cuentas nos recuerdan su grandeza muy a menudo.

Divas mal

También hay hueco para esas divas mal, esas personas que intentan tener clase o ser como Lola Flores o Rocío Jurado pero fallan estrepitosamente y no lo consiguen. El ejemplo más claro es el de Aramís Fuster, que posiblemente sea la esencia de este tipo de cuentas, que nos van enseñando su surrealista discurso durante las últimas décadas.