Fernando, un madrileño estudiante de marketing con 23 años, llegó seguro de sí mismo al plató de First Dates. En cuanto pronunció las primeras palabras en el programa de Cuatro nos dejó claro que autoestima no le faltaba, la cual aumentó más aún cuando conoció a Bea, una chica madrileña de 21 años.

La comensal también demostró estar segura de sí misma durante la cita, pero eso sí, no llevaba el cartel de irresistible que Fernando se había atrevido a colocarse a sí mismo. En cuanto Bea habló de sus viajes, sus sueños y su rechazo a la rutina, el comensal encontró el momento perfecto para jugar sus cartas.

"Yo creo que soy el chico perfecto para ella porque soy súper dinámico y a ella le aburre lo estático", señaló sin reparo alguno en la entrevista paralela a la cena. "Yo le voy a dar movimiento y emociones, le voy a impactar", continuó con seguridad. 

Sin embargo, ella estuvo reticente durante el resto de la cita. A pesar de que le gustaran los chicos activos y Fernando se considerara perfecto para ese puesto, Bea discrepó con él en numerosas ocasiones, no rió con sus chistes y tampoco supo cómo actuar cuando el comensal se catalogó de friki de la lectura y del marketing. "La mente humana es algo maravilloso, yo la estudio mucho para el tema del marketing", dijo él despertando una risa nerviosa en Bea. "Soy un friki de la lectura, me gusta demasiado", continuó.

A la hora de la decisión final, parece ser que el único que no se esperaba lo que pasó fue Fernando. El comensal, que reconoció que tendría una segunda cita con Bea, quedó sorprendido cuando ella le dijo que no volvería a quedar con él. "¿Qué es lo que ha fallado?", preguntó Fernando. "Pues esos gestos que haces intentando seducir... A lo mejor no funcionan con todo el mundo", concluyó la comensal medio bromeando.