Hubo un tiempo en el que era habitual salir a alquilar una cinta de vídeo, o un DVD, y volver a casa. Se llamaba videoclubs, por si nos está leyendo alguien que haya nacido después de su práctica extinción.

La llegada de la piratería por internet primero, y de servicios como Netflix o HBO después, hicieron que miles de videoclubs cerraran. En España apenas quedan unos pocos, que se mantienen de forma nostálgica y sin hacer cuentas. Pero en su momento este sector estaba en auge. Blockbuster fue una de sus principales cadenas, que llegó a España, aunque se fue cuando comenzó a ver las orejas al lobo en 2006.

Ahora Blockbuster cerrará dos de sus últimas tres tiendas. Ambas se situaban en Alaska, y el motivo de su longevidad no era otro que las malas conexiones a internet de este estado, junto con los largos inviernos.

Según el Washington Post, Alaska llegó a tener 9.000 tiendas de este tipo en su máximo apogeo. Ahora, la única que quedará desde el próximo 16 de julio será un Blockbuster en Oregon, que también cerrará próximamente.

Netflix y el sistema de vídeo bajo demanda han ganado.