Andrew Steelsmith se disponía con su pareja a realizar el viaje que separa Dallas de Seattle, en Estados Unidos, pero poco después de iniciar la marcha, un extraño ruido procedente del motor llamó su atención.

Esta pareja protagoniza un vídeo en Youtube en el que descubren que la fuente de aquellos ruidos es en realidad un gato que se ha metido en el motor del vehículo. Y además, bien escondido.

Ambos intentan en primer lugar llamar al servicio de asistencia, sin conseguir que el felino saliera de su escondite. Después, llevan el coche a un taller donde tras desmontar su parte baja consiguen sacar al gato.

Lo mejor de la historia es que la pareja se quedó con el gato, y que no les cobraron nada en el taller por la atención. El gato tenía la cola herida pero más allá de eso no tiene ningún rasguño.

Esta es una de esas historia que gustan mucho por internet, pero más allá de eso, es más común de lo que parece que los gatos acaben en el interior de los vehículos. En España, la Guardia Civil advierte de esto especialmente en invierno, cuando los animales se refugian en busca de calor en en los motores. Un golpe en el capó antes de iniciar la marcha hace que el gato salga, y así todos contentos.