Masafumi Nagasaki es un japonés de 82 años de edad, pero ahí acaba la normalidad. Este hombre ha pasado los últimos 30 años de su vida en la isla desierta de Sotobanari, un pequeño enclave del archipiélago japonés.

Allí llegó en 1989 después de desencantarse con el mundo, y ahí ha estado viviendo hasta hace nada, desnudo y tras el paso del tiempo, adoptando una dieta solo basada en vegetales tras empatizar con los animales de la isla.

Su historia fue recogida por el viajero Álvaro Cerezo en su web de viajes Docastaway, desde donde relató como pasó 5 días con él.

Según ha recogido, Nagasaki le contó que "encontrar un sitio en el que morir es importante", y que él había encontrado esa isla, donde se sentía feliz. Para sobrevivir, además de cuidarse por sus propios medios, viajaba cada ciertas semanas a otra isla cercana en bote y sí poblada donde compraba agua y algo de comida con el dinero que le mandaba su hermana.

El Gobierno japonés le ha ofrecido en varias ocasiones dejar su estilo de vida, y según cuenta Cerezo, hace unas semanas sacó a Nagasaki de allí aludiendo a que su estado de salud estaba muy mal.

Es poco probable que Nagasaki vuelva a la isla en la que eligió vivir tres décadas, pero desde luego se ha convertido en un Robinson Crusoe real.