No hay duda, los selfies están revolucionando el mundo. Hemos sido testigos de selfies de parte de nuestra familia (quién nos iba a decir que veríamos a nuestros abuelos posando para selfies), amigos, internautas o famosos, y ahora incluso se está empezando a diagnosticar la 'selfitis' como un trastorno psicológico. Hoy el protagonista es el Michael Rohana, un estadounidense que rompió y robó una estatua para hacerse "el gran selfie".

Durante una fiesta en el Instituto Franklin de Filadelfia, el joven de 24 años rompió el dedo de la estatua de un guerrero terracota y, acto seguido, lo robó, según ha reportado NBC News. La estatua denominada 'El soldado de caballería' tiene nada más y nada menos que un valor de 4.5 millones de dólares. El incidente ha levantado una fuerte polémica en redes sociales, donde piden que no se hagan más exhibiciones de este tipo en el extranjero.

El Centro Shaanxi de Promoción de la Herencia Cultural fue el que prestó la estatua al museo estadounidense y anuncia que es el primer incidente de este tipo. Ahora está planeando la exigencia de una compensación. Parece que la jugada de Michael Rohana que empezó siendo un inocente selfie le va a salir cara.