El presidente y la primera dama de Estados Unidos recibieron en la Casa Blanca a varios niños con motivo de la fiesta de Halloween. Los pequeños acudieron disfrazados en compañía de sus padres en busca de los mejores caramelos.

Uno a uno, Melania y Donald fueron saludando a los niños y preguntándoles eso de "¿Truco o Trato?". Hasta aquí una recepción normal más, si no fuera porque Trump tiene miedo a un niño disfrazado de tiranosaurio rex.

A diferencia del comportamiento que tuvo con el resto de los niños, el presidente se quedó petrificado al ver al dinosaurio. Su aversión le llevó a no darle la mano para saludarle e, incluso, a castigarle sin caramelos.

De cara al próximo Halloween los niños que acudan a la recepción deberán saber que si su disfraz da mucho miedo o, simplemente, es más alto que el presidente probablemente se queden sin dulces porque asustarán a Trump.