Aunque el hip hop es hoy en día un estilo musical más que consolidado, en los 80 se parecía más a un experimento que a un género en sí mismo. Lo que comenzó siendo un tipo de denuncia social en el Bronx es hoy una industria que mueve millones y millones de dólares.

Raperos como P.Diddy (consolidado según Fobes el rey del Hip-Hop) continúan construyendo un edificio que ideó Dj Kool Herc a finales de los 70 y que Grandmaster Flash y Afrika Bambaata consolidaron en los 80.

Una historia apasionante que se narra en la serie de Netflix 'The Get Down' y que a modo de recopilatorio también recoge este vídeo de Youtube. El hip-hop actual comparte con sus orígenes las bases a partir de "beats" y parte del compromiso reivindicativo de aquel entonces.

Sin embargo, en estos últimos 40 años hemos sido conscientes (gracias a Internet muchos de nosotros) de que el estilo se ha ido enriqueciendo cada vez más. El hip-hop es una industria en sí misma donde también hay cabida para artistas femeninas como Nicki Minaj, Missy Elliot y blancas como Iggy Azalea.

¿Blancas? Y os preguntaréis ¿por qué no? Hasta hace un par de décadas era impensable que un blanco sacase lo que se conoce como el "get down" de una canción para construir una base musical sobre la que poder rapear. Hoy, no solo existen DJ caucásicos sino que el Hip-hop no está solo limitado al color de piel.

Aunque fueron los colectivos afroaméricanos y latinos del Bronx los que crearon este estilo, a partir de los 90 comenzó a democratizarse musicalmente y Eminem o Vanilla Ice fueron encontrando un lugar en el podio.