Una vez más, los gatos se suman un minipunto más en su batalla por la fama animal en internet. Esta vez su victoria frente a los perros no es responsabilidad de Grumpy o algun otro felino influencer, sino todo lo contrario. Esta victoria se la deben a un gato anónimo: Omar.

Este felino australiano puede presumir de ser, probablemente, el gato más largo del mundo. Sus medidas no tienen nada que envidiar a las que barajan las modelos de Victoria Secret ya que gracias a su generosa longitud es único en su especie.

Aunque bien es cierto que los gatos Maine Coon (raza a la que pertenee Omar) tienden a medir entre 60 y 70 cm de longitud, los 120 cm que defiende Omar le convierten en ser el orgullo de la estirpe. Gracias a estas medidas de modelo y tal y como comenta su dueña en redes, Omar tiene que dormir en el sofá porque no entra en otro sitio. Comprendemos y suponemos que meterle en la cama sería demasiado.

Sus dueños, conscientes y orgullosos de las medidas de su pequeño, han adaptado su dieta a las necesidades corporales del minino y, como si de un estudiante que vuelve a casa por el verano se tratase, en el desayuno toma croquetas y en la cena carpaccio de canguro (vamos, carne cruda).

Y claro, unas medidas así no podían tener otra consecuencia que la fama. El felino se ha convertido en todo un fenómeno en redes sociales gracias a la cuenta de Instagram creada por su dueña y que ya cuenta con más de 27.000 seguidores.