El baloncesto es un deporte lleno de jugadas memorables que pasarán a los libros de historia y en ocasiones no hace falta que esas acciones se produzcan en majestuosas pistas como el Madison Squaren Garden. También pueden sucederse en lugares anónimos, con protagonistas desconocidos y hasta en categorías inferiores, como es el caso de la última jugada de la que no para de hablarse en Twitter.

En un encuentro entre dos equipos en edad infantil, el entrenador de uno de ellos es tremendamente efusivo. Da indicaciones todo el tiempo, hace aspavientos con las manos y anima enérgicamente a los suyos cuando roban un balón y se lanzan al contraataque. En ese momento, el jugador con el dorsal número 2 se hace un lío y se marcha hacia su propia canasta, visiblemente confundido y totalmente convencido de anotar. Y en ese momento es cuando ocurre algo todavía más inexplicable:

El entrenador, que grita enérgicamente "¡No, no!" cuando el jugador de su equipo marcha lanzado hacia la autocanasta, salta sin pensárselo dos veces a la cancha, prepara la batida, da un pequeño salto y tapona tirando al suelo al niño, que cae al suelo sin llegar a saber muy bien lo que ha ocurrido.

Una jugada memorable, seguramente merecedora del premio al 'Mejor defensor del año' y que haría sentirse orgulloso al mismísimo Dikembe Mutombo, uno de los grandes taponadores de la historia de la NBA.