Tener que reunirte con tu familia en estas fechas es algo prácticamente inevitable (y fantástico. Familia, os quiero mucho, esto no va por vosotros). Pero ya que vas a hacerlo, al menos puedes intentar hacerlas inolvidables... Haciendo alguna que otra maldad.

1. Tomar prestadas las fotos enmarcadas de tu familia en el salón  y sustituirlas por fotos de Matías Prats.

Después de verle en el salón durante tantísimo durante años, seguro que tardan en percatarse de que ese no es su sitio habitual.

2. Cambiar la contraseña del wifi por "LosReyesSonLosPadres".

A ver si así mantienen un rato alejado al canijo de la casa del móvil, aunque solo sea por precaución.

3. En caso de adelantar algún regalillo, usar el típico truco de la caja eterna pero de forma extrema, sin piedad.

4. Hablando de envoltorios, ¿qué tal si cambiamos los bombones por piedrecitas?

Seguro que Isabel Preysler también lo hace con sus invitados de vez en cuando. Por las risas.

5. Y la propina, por supuesto, en monedas de céntimo.

Aprovecha esa gigantesca hucha de chatarrilla que has ido llenando a lo largo de este año.

6. Haz pasar un Don Simón por un vino de la edad del mayor de tus hermanos/primos.

Compra un tetrabrick de vino de Don Simon y viértelo en el decantador ese que te regalaron un día pero que no habías usado jamás. Tu cuñado/primo/tío 'elquetodolosabe' llegará y tú le dirás que es un reserva con la tira de años, que lo han guardado durante años bajo aguas dulces y que tú lo has traído expresamente para él. Él te contará cómo puedes notar todas las virtudes de esa delicatessen.

7. Si de verdad lo odias tanto como para dar un paso más, cambia el vino blanco por vinagre.

Esta opción es extrema y probablente te lleves un buen zurriagazo. Tú decides si merece la pena.