Antes de la llegada del euro, de que pasásemos el día pegados a Facebook y de que los móviles llevasen cámara incorporada (¿te acuerdas de mucho que flipaste al grabar por primera vez a tus amigos?), estábamos obligados a esperar un buen rato hasta que podíamos conectarnos a internet (el que tenía) y además escuchar ese irritante sonidito. Para colmo, cuando al fin podías acceder, las páginas web eran un auténtico horror. Pero a ti te hacía la persona más feliz del mundo, al igual que lo de tener una enciclopedia en el ordenador y poder 'chatear' con otros(incluso gente de otra ciudad u otro país, ¡a lo loco!). 

Hoy nos ponemos nostálgicos y nos preguntamos, ¿qué recuperarías de aquellos años?