Hunter Jobbins es un estudiante de la Universidad Estatal de Kansas, en Estados Unidos, que sufrió un pequeño hurto bastante cruel, por otro lado. Jobbins aparcó su coche en el campus de su universidad, y sin darse cuenta, lo dejó abierto, dándole la bienvenida a cualquier ladrón, que se podría haber llevado hasta el propio coche.

Pero el ladrón optó por llevarse tan solo un Kit-Kat, que se encontaba a la vista. Ya se sabe lo que pasa cuando aprieta el hambre. Después de disfrutar de la chocolatina, sintió remordimientos y se disculpó con su víctima con una nota que Jobbins encontró cuando volvió al coche. Evidentemente, esta historia tan surrealista acabó en el Twitter del chico, que fue recompensado por el karma.

El tuit se viralizó de tal forma que llegó a alcanzar más 184.000 retuits. La anécdota llegó hasta The Hersey Company, la marca que distribuye esta chocolatina en Estados Unidos, que le regaló todos los Kit-Kat que podían caber en su coche, unos 6.500.

Y se montó la fiesta. Para celebrarlo, Jobbins repartió las chocolatinas entre todos los que estaban en el campus de la universidad. ¿Os imagináis que pasara aquí con Panteras Rosas y Tigretones?