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BODAS ÉPIKAS

Lo que te espera en la primera boda de tu grupo de amigos

Uno de tus colegas está a punto de casarse. Te descubrimos cómo va a ser. Y si ya has habéis perdido la ‘virginidad marital’, este relato te sonará bastante

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Lo que te espera en la primera boda de tu grupo de amigos
El lobo de Wall Street

Si naciste en los ‘tardochentas’ o los ‘princinoventas’, estás en la frontera. Uno de tus amigos se ha casado o está a punto de casarse. Si eres del primer club, estas situaciones te resultarán familiares. Si eres del segundo, hazte a la idea de lo que te espera. Las bodas pueden ser un lugar maravilloso. Si el que está ante el altar es un tipo que es colega desde el colegio o el instituto, la situación es aún más preciosa. Será, más o menos, algo así.

1. La despedida es absolutamente brutal. Gastareis como si manejarais una tarjeta black. Al fin y al cabo, es la primera del grupo y queréis estar a la altura de ‘Resacón

2. Días antes de la boda, la conversación trata sobre el atuendo. Todos vais con traje y corbata, salvo el Pedro Sánchez, sin ella, y el ‘chic’, con pajarita.

3. En la misma línea, ojo a los colores. El traje azul va con zapatos y cinturón marrón. No cometas el ‘erroraco’ de llevar zapatos negros. Descubrirás que está mal cuando seas el único vestido como el Inter de Milán.

4. Semanas antes de la boda, empezará la conversación sobre el dinero que vais a meter en el sobre. Si habías ido a alguna boda, tus padres siempre eran los que ponían la pasta. Es terreno inexplorado para todos. Un ‘outsider’ del grupo destrozó vuestra mente meses antes cuando os dijo que había puesto 300 euros en su última boda. La presión es insoportable.

5. Días antes de la ceremonia, el mejor amigo/primo/hermano empieza a rallarse por el discurso que tiene que dar en la ceremonia. Vuestros consejos son absolutamente inútiles. Ensaya ante vosotros y os recuerda a Rajoy en un mitin hablando de los alcaldes y los vecinos.

6. Horas antes de la boda, el ‘mega-cuñao’ del grupo repetirá esas frases con las que se cree original. “Te casaste, la cagaste” y “te van a llevar con correa” son sus salmos. En WhatsApp se le contesta con un ‘jaja’ de cortesía.

7. Comienza la ceremonia. No sabes muy bien dónde colocarte. Al final haces la misma reflexión que en clase o en el autobús: al fondo, donde los malotes. La realidad es que sois una panda de pringados han entrado los últimos.

8. Mientras la ceremonia progresa, los solteros sacan el catalejo. Se motivan, completamente convencidos de que tras el banquete pillan. Se creen Brad Pitt y George Clooney en ‘Ocean’s Eleven’.

9. El del discurso lo clava y aplaudís más que en el gol de Iniesta.

11. Termina la ceremonia. Ninguno habéis llevado arroz, evidentemente. Le pides un poco prestado a la prima de no sabes quién y lo tiras apuntando a la pupila del novio.

12. Empiezan el cóctel y la barra libre previos al banquete. Si te fijas bien en ese momento, averiguarás quién será el borracho de la noche. Además, os vais avisando los unos a los otros sobre las bandejas de comida a evitar y, sobre todo, lo que debéis arramplar antes de que lo aviste un grupo de sobrinos hambrientos.

13. Comienza el banquete. Todo el mundo es feliz con la comida salvo las peores personas del mundo. Sí, están en tu grupo. Se quejan porque hay pescado en el menú. Habrían sido más felices con unos ganchitos.

14. Cada vez está más claro quién será el súper borracho de la noche. La última pista que revelará su identidad es sencilla: si es el que comienza la guerra de migas de pan, estás ante él.

15. Los cánticos de mesa a mesa empiezan a crecer. Alguna persona sensata pide cordura, una solicitud tan ignorada como Jackson Martínez por el Cholo Simeone. Al borracho oficial empiezan a sumarse algunos escuderos. No llegarán a su nivel, pero competirán.

16. A punto de acabar la cena, sacáis el dinero para los novios. Se repite el fracaso del arroz. La mitad no lleváis sobre, así que metéis los euros en el de algún tipo responsable. El número de sobres no le cuadrará a los novios, pero serán felices ante la generosidad de un anónimo particular.

17. La cena termina, no sin incidentes (copas de vino derramadas, algún resbalón, miles de millones de “¡vivan los novios!”…), y os encamináis a la discoteca. George y Brad se frotan las manos.

18. En ese momento se produce la escisión entre familiares. Los divertidos se entremezclan en tu grupo, retrocediendo veinte años en el tiempo y gozándolo entre ‘jovenzuelos’, y los aburridos se echan a un lado. Aguantarán hora y media antes de partir.

19. El fotógrafo no para de buscaros. O eso es lo que crees. No paráis de pedirle fotos y él accede, pero le dais igual. Que no es vuestro día. Y le pagan los novios, idiotas.

20. La noche avanza. Alguna pareja ha desaparecido sospechosamente en busca de intimidad. A la vez, George y Brad siguen intentándolo sin éxito. La cara empieza a cambiarles. Cada vez se parecen más a Ozores y Esteso.

21. La mitad del grupo ya ha gripado motor. El resto, liderados por el ebrio oficial, siguen dándolo todo. Cuanto más se parezca la canción a ‘Mi gran noche’ de Raphael, mejor.

22. Cada vez sois menos en pie. Sin embargo, el familiar genial sigue a tope. Es como si hubiera caído en la marmita de Panoramix.

23. Ya estáis todos rotos. Os vais poco a poco a casa, apostando por quién será el siguiente en casarse. Fallareis seguro. La cuota de Ozores y Esteso está altísima, pero serán ellos.

PD: La boda ha terminado, pero queda otro capítulo. Días después de la fiesta, el obseso de las redes sociales pedirá a todas horas las fotos a la novia. Será muy pesado. Tanto que le terminará bloqueando.