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¿Por qué Internet está obsesionado con el reto de la botella?

Todo empezó hace meses en un concurso de talentos. Desde entonces, el desafío no para. Te lo explicamos, te enseñamos los mejores... y los peores

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¿Por qué Internet está obsesionado con el reto de la botella?

En la adolescencia, con las hormonas disparadas, el juego de la botella seguro que estaba entre tus favoritos. Te sentabas en círculo y a repartir besos a diestro y siniestro en función de lo que ordenase la soberana botella. El juego no ha muerto, pero ha perdido terreno ante otro uso alejadísimo de la hidratación: el reto. El ‘water bottle flip challenge’ (reto del giro de la botella de agua) tiene a Internet encandilado. Hay cuentas de YouTube, Instagram y Vine que solo se dedican a subir vídeos del desafío botellero. Los mejores se viralizan a lo bestia y los peores generan carcajadas sin compasión. La mecánica es sencilla, como demuestra esta abuela.

Consiste en lanzar una botella de plástico medio llena al aire, que gire y aterrice de pie. Si fracasas, estás en el montón. Si lo logras con la base, quedas bien. Si se posa con el tapón, te conviertes en un brujo, capaz de moldear aire, plástico y agua gracias a tus poderes procedentes de otra galaxia. Normalmente se ejecuta con botellas de medio litro o de tercio de litro. Si lo intentas en casa, comprobarás que es mucho más difícil de lo que parece.

Todo comenzó el 24 de mayo de este año. Aquel día, un estadounidense de 18 años inició un viral que, más de cuatro meses después, no amaina. Es Mike Senatore, un alumno del instituto Ardrey Kell, situado en Charlotte (Carolina del Norte, Estados Unidos). En aquel martes cualquiera, él y sus compañeros se reunieron en el auditorio del instituto con motivo del concurso de talentos. Cuando ejecutó con maestría (y chulería) el primer reto de la botella, los asistentes se volvieron locos.

Y de ahí hasta hoy. Uno de sus compañeros fue el primero en lanzar su hazaña a la web, retuietada 57.000 veces. Su faena fue grabada por otros dos miembros del público, desde diferentes perspectivas, con sus correspondientes retuiteos a tutiplén. Los medios empezaron a hacerse eco de su particular talento e incluso se puso en marcha una campaña en Twitter majo el hashtag #MiketoEllen solicitando la presencia del joven en el programa de Ellen Degeneres.

No le invitó, pero sí ha participado en otros programas televisivos. Por entonces, el reto de la botella ya era mucho más grande que el propio Senatore. Los usuarios de Internet empezaron a replicarlo sin compasión, lanzando sus vídeos a través de YouTube, Twitter, Instagram, Vine… Incluso comenzaron a aparecer guías sobre cómo realizar el dichoso desafío.

Hace pocos días que llegó a la web una de las réplicas más compartidas. Resulta prácticamente inexplicable. Lo que consiguen solo se justifica si asumimos que hay miles de personas intenténdolo a todas horas. Así, pasan cosas como esta. Y, para colmo, hay una cámara grabando, lo que agradecemos el resto de los mortales. Una de las botellas se posa de pie sobre la otra, que cae de forma horizontal sobre la mesa. Una se acuesta y la otra se queda de pie sobre ella. Es la magia de Olivia y Maggie.

Otro vídeo en la misma liga cuenta con otro niño como protagonista. De tanto intentarlo, estas genialidades se dan a la fuerza. El joven aficionado del Manchester City muestra otra locura producto de horas y horas de intentos. Simplemente, logra situar dos botellas de pie, una sobre la otra, con los tapones 'besándose' el uno al otro.

Y así, el reto se va complicando más y más. Incluso han llegado a aparecer cuentas específicas a este tipo de retos, que se dedican a compartir todo lo que tenga que ver con una botella y unas cuantas cabriolas. En ellas, podemos encontrar los más difíciles todavía.

Un vídeo publicado por @bottleflipping el

La obsesión cobra tal magnitud que la red vislumbra el reto donde solo hay pura casualidad. El mejor ejemplo es este vídeo de Marco Verratti, centrocampista italiano del PSG. Clava el reto y podemos asegurar sin género de dudas que no tenía ninguna intención de hacerlo.

España no se queda atrás. Nuestros youtubers se han subido al carro de las botellas giradoras. Durante los últimos días, varios vídeos patrios en honor al reto de Senatore se han colado en lo más alto de las tendencias en España. ElRubius se subió a la ola hace dos meses, pero el vídeo en castellano que goza de más visualizaciones (12.649.000) lleva la peculiar firma del salvadoreño Fernanfloo. Llega el reto a otro nivel.

Llegados a este punto, no es difícil convencer a nadie de que este reto es más complejo de rematar de lo que parece. Como muestra, la inmensa cantidad de 'fails' que pueblan la red. Son casi más divertidos que los que salen bien. Este es uno de los más populares, con el sello del popular youtuber americano nigahiga.

Sin embargo, en la cima del imperio 'botellil' no está ningún youtuber. Tampoco es un famoso de relumbrón. Es un niño normal y corriente, cuyo estilazo, al menos en Epik, nos parece merecedor del título al mejor girador de botellas del mundo. Merece miles de aplausos lentos.

That shrug is legendary 👉(via: @Champagne_mamba)

Un vídeo publicado por Daquan Gesese (@daquan) el

En defintiva, el reto de la botella puede que se desvanezca tan rápido como ha llegado. Su vida en la red empieza a resultar considerablemente larga, ante la fugacidad que suele asolar a este tipo de modas. Ya veremos si dentro de unos meses seguimos girando botellas cada día, como hizo Senatore aquel 24 de mayo marcado en rojo en el calendario de la red.

Recapitulemos: Cómo hacer el truco de la botella

Asegúrate de que la botella está llena entre un cuarto y un tercio de su altura

Agarra la botella por el cuello, justo debajo del tape

Dale un poco de giro a medida que la lanzas tirando un poco de muñeca

• Practica, practica y practica. No hay atajos en el mundo de la botella

• Si eres un Jedi, puedes saltarte todos los pasos anteriores

PD: La canción que acompaña a la mayoría de los vídeos es 'Ultimate', del rapero americano Denzel Curry. Su verso 'I am the one' condensa la actitud 'thug life' que esconde el reto de la botella.