Esta es una historia de comida, pero también de geopolítica y relaciones internacionales. Australia acaba de ir hasta donde Estados Unidos no ha llegado en lo que respecta a la comida rápida al crear la combinación perfecta entre la hamburguesa y el perrito caliente. Lo más parecido a insertar La Gioconda en la Capilla Sixtina (por muy mal que resulte) del mundo calórico.

Y lo mejor de todo es que este invento recuerda irremediablemente a una montera torera, un signo español por antonomasia que, de rebote, nos cuela en la punta de lanza de esta batalla de las batallas.

Un australiano de la ciudad de Perth es el inventor del Hamdog, como ha llamado a su creación. La suya es una lucha de muchos años porque tras patentar esta increíble mezcla en 2009 es ahora cuando está en condiciones de lanzarla al mercado. Primero en Australia, y después al resto del mundo por un módico precio de 8 dólares.

"Todo el mundo me dijo que no era posible, ya que había necesidad de un abogado de patentes y que costaría millones de dólares", dijo Murray al portal de noticias australiano news.com.au. Y no es ninguna broma, porque Murray ha conseguido la patente en el registro norteamericano, lo que le permitirá tener los derechos de su Hamdog en la patria de la hamburguesa.

En Epik no hemos podido mantener al margen la duda de si la forma del bollo había sido inspirada realmente por la montera de un torero, así que hemos preguntado a Murray. "No, desconocía las monteras, pero me gustan las imágenes que me has mandado", nos cuenta en respuesta a un mail en el que le habíamos mandado fotos de la prenda torera. Y hay más, porque también nos dice que espera que en un futuro más cercano de lo que pensamos podamos disfrutar de su hamdog también en España.

El Hamdog consiste en una hamburguesa de ternera partida por la mitad con un frankfurt insertado en el medio. Está rematado con lechuga, tomate, queso, pepinillos y tres salsas: mostaza americana, salsa de tomate y mayonesa.

El pan, el gran secreto de todo, se crea en moldes especiales hechos a mano en una panadería Perth.