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El taburete de Ikea que atrapó el testículo de un noruego

Claus Jørstad se tenía que duchar sentado debido a una lesión, así que utilizó una silla en Ikea. Lo que pasó después a sus 'marineros' fue toda una aventura

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El taburete de Ikea que atrapó el testículo de un noruego
Claus Jørstad - Facebook

Ponerse en la piel de Claus Jørstad supone realizar un viaje hacia una de las más hondas pesadillas de un hombre y, de paso, a un relato corto de aventuras en el mar del siglo XIX. Este noruego de 45 años se ha vuelto famoso en los últimos días después de que posteara en su perfil de Facebook un detallado relato sobre cómo acabó con uno de sus 'marineros' -como llama a sus testículos- atrapado en los agujeros de un taburete de Ikea.

Jørstad tenía que ducharse sentado debido a una lesión de rodilla, así que utilizó uno de los versátiles muebles de la empresa sueca para poder asearse. Todo iba bien hasta que, como cuenta en su post "cuando puse jabón en la cubierta, el capitán y sus dos grumetes comenzaron a tambalearse como marineros borrachos".

La aventura continúa hasta el punto de que uno de los 'marineros' "vio la oportunidad de refugiarse en uno de los agujeros del taburete", dice Jørstad en su publicación, que ya acumula más de 13.000 compartidos y donde se las ingenia para en ningún momento contar gráficamente lo que estaba pasando. Nosotros, siguiendo su ejemplo, hemos encontrado esta otra metáfora.

Así las cosas, Jørstad acabó con un testículo dentro de uno de los ocho agujeros del taburete -el modelo Marius, que se puede comprar por tan solo 3,99 euros- y con el calor del agua, se hinchó.

"Sentado allí, al darme cuenta del accidente, me agaché para ver qué ******* había pasado, y me percaté de que aquel pequeño chiflado se había quedado enganchado", cuenta el Noruego en declaraciones al Daily Mail.

Todos los que hayáis tenido algún problema al montar un mueble de Ikea sabéis que la compañía te da dos opciones: la primera, llevar la pieza defectuosa a una de sus tiendas para que la revisen y, la segunda, pedir cita para que un tal Doctor Mueble vaya a tu casa a revisarlo in situ. Jørstad, como es lógico, no podía hacer ninguna de las dos, ni por supuesto romper aquel taburete, así que simplemente esperó. Y como él mismo relata en Facebook: "El calentador hizo su trabajo". Es decir, al salir agua fría, el 'marinero' se desinfló y pudo escapar.

La increíble historia de Jørstad y el testículo atrapado no pasó desapercibida para Ikea, que le contestó pidiéndole con tono de humor que "se asegurase de estar bien vestido para su próxima excursión en el mar".

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