Carolina Marín derribó el imperio asiático en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. La de Huelva logró la medalla de oro en bádminton, un territorio hasta ahora inexplorado para España. No perdió un solo set en su camino hacia la final de Brasil. Era la favorita ante la india Pusarla Venkata, pero en el inicio se torcieron las cosas.

La asiática venció el primer set por 21 a 19, dos puntos de diferencia inesperados. Así, la onubense se encontraba por detrás en un partido por primera vez desde que comenzaron los Juegos Olímpicos. Ante la inesperada desventaja, el entrenador de Marín, Fernando Rivas, inició un emotivo discurso que no terminó de sonar a lo película de Hollywood.

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Él quería inyectar motivación tomando el camino de Mel Gibson en Braveheart, Viggo Mortensen en El retorno del rey o Al Pacino en Un domingo cualquiera. La onubense empieza señalando su derrota incial, "he perdido el set", y él se enciende. "Bueno, no pasa nada, el partido sigue vivo. ¿Sí o no? [...] Acuérdate de una cosa...", ante lo que Marín se agacha. Entonces, Rivas prosigue su discurso.

"Necesito que me mires". Marín le observa y su técnico continúa. "Acuédate de cuando llegaste a mi club a los 14 años. [...] Esa niña de 14 confía en ti", mientras Marín sigue pendiente de la toalla, la botella, la raqueta...  "Porque ese es su sueño y ese sueño que tú tienes...". Y ahí llega el cénit de la conversación. Marín le reclama "espacio, un poco de espacio". El canal VRlogs TV ha realizado un divertido montaje que resume la escena con sorna.

Esta anécdota no empaña la importancia de RIvas en los éxitos de Marín. La jugadora ha reconocido en todo momento el papel de su entrenador, una de las figuras deportivas más cotizadas del momento. Distintos medios señalan que federaciones extranjeras quieren contar con sus servicios.

Se le reconoce un método innovador, que habría moldeado el estilo de Marín hasta convertirla en la líder indiscutible de su deporte. La onubense destacó el carácter de su técnico durante la entrevista que concedió a la Cadena SER nada más aterrizar desde Río de Janeiro.

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