Cuando uno se imagina la dieta de un deportista olímpico se transporta a un capítulo de Crónicas Carnívoras. Especialmente si intentamos meternos en la nevera de un levantador de pesas: chuletones tamaño Godzilla, docenas de huevos como para extinguir a las gallinas y, en definitiva, proteína animal por un tubo. Pero esto no es siempre así, ni mucho menos, y el último ejemplo lo hemos encontrado en los Juegos Olímpicos de Río.

Kendrick Farris es el único levantador de pesas masculino del equipo de Estados Unidos. En estos juegos consiguió levantar 356 kilos para quedar clasificado con la decimoprimera marca. Unos meses antes, sin embargo, había conseguido levantar hasta 377 combinando los levantamientos en arrancada y dos tiempos, su mejor registro personal y nuevo récord en el país del dollar. Y todo ello siendo completamente vegano.

Farris se hizo vegano en 2014 tras el nacimiento de su segundo hijo y después de que ya hubiera participado siendo omnívoro en Pekín 2008 y Londres 2012. Según cuenta a la edición norteamericana del Huffington Post, la llegada del pequeño le hizo reflexionar sobre el ejemplo que estaba dando a sus hijos. “No estoy de acuerdo con la forma en que los animales son sacrificados en masa, pero ese fue solo uno de los motivos que me hizo interesarme por la alimentación vegana”, relata en la citada entrevista.

A sus 30 castañas, y con 1,68 metros de estatura, este levantador de pesas ha roto moldes en Río tras competir en la categoría de menos de 94 kilos. Y no, tampoco se libra de las típicas preguntas que tienen que escuchar muchos veganos. Señala que muchas veces le preguntan que cómo lo hace para competir comiendo solo ensaladas, algo que asegura que “apenas come”, basando su aporte calórico y de proteínas en fruta, frutos secos, quesadillas de aguacate o lasaña de espinacas.

Y por si queda alguna duda sobre cómo su cuerpo no se ha resentido para levantar un peso que está fuera del alcance de la mayoría de los mortales, Farris también cuenta que su mente está mucho más focalizada: "Me siento más ligero, mi cuerpo se recupera más rápido y mi mente se concentra mucho mejor”, asegura.

No es, ni mucho menos, el único vegano fortachón

El caso de Farris no es el único de un deportista que se ha lanzado a probar la dieta vegana y no ha echado de menos la proteína animal. Conocido es el caso de Patrik Baboumian, un armenio-alemán considerado el hombre más fuerte del país teutón y que ostenta varios récords mundiales de levantamiento de peso. Él es, además, un miembro honorífico de PeTA, una de las asociaciones internacionales más importantes en la defensa de los animales.

En España, y en un deporte tan patrio como el fútbol, también podemos encontrar el ejemplo de Carlos Cuéllar, ex de Numancia, Osasuna, Almería o Aston Villa y actual jugador del Maccabi Petah Tikva y vegano declarado. El central, de 1,90 de altura y conocido por su potencia, publicaba en noviembre de 2015 en su blog algunas notas sobre su alimentación.

“Muchos me preguntáis por mi dieta como vegano. Las fotos que publiqué el otro día eran la muestra de lo que puede ser un día normal: cocido a mediodía y parrillada de verduras para cenar. Entiendo las dudas, pero los veganos no somos todos gente flaquita ni endeble. Al contrario, yo me siento mejor que antes” relataba tras recibir algunas dudas por redes sociales de sus seguidores, que preguntaban sobre su alimentación.

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