Jesé Rodríguez ha llegado a un cruce de caminos. El canario podría estar viviendo sus últimas horas en el Real Madrid, según informa la Cadena SER. Todo apunta a que tanto sus regates como su ‘reggaeton’ podrían mudarse a París. De ser así, la parroquia blanca volvería a enfrentarse a un dilema sin fin: la salida de un miembro de la casa.

Esto produce urticaria entre los merengues. La posibilidad de que un canterano triunfe sin vestir de blanco escuece como un gol de Messi en el Santiago Bernabéu. En ocasiones, los madridistas fugados no han terminado de cuajar lejos de la capital. Entonces, el arrepentimiento se contrae. Otras veces, demuestran cuánto podrían haber regalado de blanco. Aquí os damos ejemplos de los dos escenarios.

Los que no triunfaron lejos de Madrid

Javier Portillo. Siempre permanecerá en la memoria de los madridistas gracias a su faena en Grecia. El de Aranjuez hizo un gol clave en la temporada de la Novena. A diez minutos del final del duelo ante el Panathinaikos, los blancos estaban por detrás en el marcador. Portillo hizo el gol del empate para desatar la rabia de los helenos. El Madrid continuó su camino europeo y acabó levantando la Orejona tras derrotar al Bayer Leverkusen.

Aquel gol le valió un pase definitivo para el primer equipo, después de haber triunfado en categorías inferiores. Cumplió el año siguiente a la sombra de Ronaldo, incluyendo una gran noche en Dortmund, pero una campaña después encalló. Encadenó dos cesiones (Fiorentina y Brujas) antes de marcharse vendido al Gimnástic de Tarragona. Fue su mejor año en Primera, con 11 goles. Después pasó por Osasuna, Hércules y Las Palmas. El pasado mes de diciembre anunció su adiós al fútbol.

Paco Pavón. Él dio nombre a la filosofía del primer mandato de Florentino, ‘zidanes y pavones’. En resumen, el Madrid se componía de estrellas y cantera. El central tuvo tres buenas temporadas, con Del Bosque al mando y en el breve periodo de Queiroz. Se quedó con el puesto de Hierro y lo perdió un año después ante Walter Samuel. Permaneció dos temporadas en la sombra antes de irse al Zaragoza.

Álvaro Megía. Vivió la época de Pavón. Actuaba como lateral y se manejaba como central. Permaneció cuatro años en el primer equipo, en los que no consiguió hacerse con la titularidad en ningún momento. En la temporada 2005/06 llegó a disputar 22 partidos, lo que no sirvió apra evitar su marcha a Murcia poco después. Ha pasado por equipos de Francia, Grecia y Turquía. Ahora juega en Qatar.

Miguel Torres. Fue la sensación de la Liga de Capello. No hay madridista digno del nombre que no recuerde su maravilloso centro a Van Nistelrooy para que el holandés firmara una gloriosa volea ante el Valencia. Sin embargo, puso rumbo a Getafe en 2009. Ahora juega en el Málaga.

Adán. Con él bajo palos comenzó la polémica de Casillas en el Real Madrid. Mourinho apostó por él, previa lesión del capitán, y dejó al de Móstoles en el banco. Sus actuaciones y su disciplina a la sombra del internacional no fueron suficiente para permanecer en la entidad blanca. Le costó encontrar equipo, pero se acabó asentando en el Betis.

Los que brillaron lejos del Bernabéu

Juan Mata. El asturiano es la síntesis del madridista triunfador sin defender el escudo de Chamartín. Formó parte del memorable Real Madrid Castilla de Negredo y De la Red. Poco tardó en dejar la Fábrica, rumbo a Valencia. Allí, impulsado por Koeman, se convirtió en un futbolista de talla internacional. A la orilla del Turia ganó una Copa del Rey.

Después, en el Chelsea, se convirtió en el líder del juego ‘blue’, fue nombrado mejor jugador del equipo en varias temporadas y ganó la Champions. Además, de rojigualda levantó el Mundial y la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Incluso marcó en la final de aquel torneo. Su progresión en Londres se torció con la llegada de Mourinho. Se fue a Manchester… y de nuevo lidiará con el luso.

Samuel Eto’o. El camerunés es uno de los mejores delanteros de la historia del Barça. Ha marcado en dos finales de Champions, a las órdenes de Rijkaard y de Guardiola. El talento que demostró en Barcelona lo desarrolló al otro lado de la A2. Dejó el equipo blanco después de la consecución de la Octava. Se coronó en Mallorca, ganando un lugar privilegiado en el vestuario del Barça. Se marchó al Inter de Milán y ganó otra Champions, bajo la batuta de Mourinho.

Filipe Luis y Juanfran. Los dos atléticos se dan la mano en un solo epígrafe porque sus historias coinciden. Los dos se criaron en la cantera del Real Madrid. El brasileño se reivindicó como uno de los mejores laterales zurdos del mundo en el Dépor. Estuvo cerca de recalar en el Barça, una posibilidad que se torció por una terrible lesión.

Acabó firmando por el Atlético, donde es un indiscutible, ganador de Liga y finalista de dos Champions League. Juanfran, también canterano blanco, comparte los mismos méritos, pero desde el costado derecho. Se marchó a Osasuna, donde despuntó. Ingresó en el Atlético como recambio de Simao. Tardó en encontrar su sitio, pero terminó conquistando el costado derecho.

Negredo y Soldado. Estos delanteros también merecen compartir explicación. El vallecano y el valenciano se forjaron en la disciplina blanca. Los dos contaron con contadas oportunidades en el Madrid, nunca de suficiente enjundia. Los dos se lucieron en un equipos pequeños de la Liga: Negredo en Almería y Soldado en Getafe y Osasuna.

Después, se matricularon en equipos potentes, Negredo en Sevilla y Soldado en Valencia. Aquella época coincidió con sus participaciones en la selección española. Empezaron a bajar su rendimiento cuando se marcharon a la Premier League, el de Vallecas al Manchester City y el levantino al Tottenham.

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La tercera vía

Otros canteranos se han ido del Madrid para volver como gigantes. El mejor ejemplo es Dani Carvajal. El de Leganés es el emperador de la banda derecha blanca tras graduarse en el Bayer Leverkusen. Álvaro Morata se ha convertido en una referencia internacional en Italia, a la espera de conocer su futuro definitivo. Callejón tomó un camino parecido, al igual que Lucas Vázquez. Mayoral podría seguir la misma senda. ¿Lo hará Jesé?

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