El jeque Jalifa Bin Zayed Al Nahyan, presidente de los Émiratos Árabes Unidos, ha fallecido este viernes a la edad de 73 años tras 18 años en el poder, según informó la agencia de noticias estatal WAM. Sus políticas de modernización ayudaron a transformar su país en una potencia regional. Sin embargo, este sufrió un infarto cerebral en 2014, que le ha mantenido casi incapacitado para la vida pública.

"El Ministerio de Asuntos Presidenciales está de luto por el pueblo de los Emiratos Árabes Unidos, las naciones árabes e islámicas y el mundo entero. El líder de la nación y patrocinador de su marcha, Su Alteza el Jeque Jalifa Bin Zayed Al Nahyan, Presidente del Estado, falleció al lado del Señor hoy, viernes 13 de mayo", aseguró WAM.

El Gobierno emiratí ha anunciado un periodo de luto oficial de 40 días en todo el país, el cual comenzará con la suspensión, durante tres días, de las actividades en las instituciones públicas y privadas a partir de este viernes.

Mohamed Bin Rashid al-Maktoum, su sustituto

Tras su muerte, el jeque Mohamed Bin Rashid al-Maktoum actuará como presidente hasta que el consejo federal que agrupa a los gobernantes de los siete emiratos se reúna dentro de 30 días para elegir un nuevo presidente.

El mejor colocado para la reelección es el medio hermano de Jalifa, Mohamed Bin Zayed, quién gobierna 'de facto' no sólo Abu Dabi, el más rico de los emiratos, sino toda la confederación de EAU desde el año 2014, cuando Jalifa sufrió un infarto cerebral que obligó a tener un papel secundario en su mandato.

El papel del jeque Jalifa había sido en gran medida ceremonial desde el derrame cerebral y se sometió a una cirugía en ese mismo año. Este asumió la presidencia del país tras la muerte en 2004 de su padre, el jeque Zayed bin Sultán al Nahyan, un hombre que unificó los siete emiratos que componen EAU y consiguió coordinar su conversión de un país solitario en un rico Estado petrolero.

Siguió los pasos de su padre

Jalifa siguió los pasos de su padre y encabezó la puesta en práctica en el país de numerosos proyectos de modernización y desarrollo, además de inversiones de miles de millones de dólares. De hecho, dirigió uno de los fondos de inversión más grandes del mundo, la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi.

Uno de los edificios más altos del mundo, el Burj Khalifa, tomó su nombre después de que el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos rescatara a Dubái de su deuda. Asimismo, como amante de los deportes apoyó la adquisición del Manchester City, equipo de fútbol de la Premier League y recientemente eliminado por el Real Madrid en Champions League.

Según la revista Forbes, este era uno de los hombres más ricos del mundo, debido a que su fortuna ascendería a 18.000 millones de dólares, situándose en el tercer puesto en el listado de los gobernantes más ricos del mundo.