Bielorrusia, uno de los países aliados de Rusia, ha anunciado que las Fuerzas Armadas del país han puesto en marcha una serie de simulacros repentinos para evaluar la preparación de su capacidad de combate ante una posible “crisis”.

El servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Bielorrusia, tal y como recoge la agencia de noticias TASS, ha precisado que “ha comenzado un control sorpresa de las fuerzas de reacción en las Fuerzas Armadas de Bielorrusia, durante el cual las unidades y subunidades militares tendrán que ponerse en alerta, marchar a áreas designadas y realizar tareas de entrenamiento de combate”.

El Ministerio de Defensa ha resaltado que este tipo de ejercicios son “una de las formas más efectivas de entrenar tropas y no representan ninguna amenaza ni para la comunidad europea en su conjunto ni para los países vecinos en particular”.

Minsk también ha explicado que las fuerzas involucradas “aumentarán gradualmente, lo que permitirá probar su capacidad para contrarrestar las amenazas militares tanto en tierra como en el aire”.

No se conoce la duración de las maniobras

Acerca de cómo discurrirán estos ejercicios militares, el Ministerio de Defensa de Bielorrusia lo único que ha expresado es que “las unidades militares actuarán en lugares desconocidos para ellas y en condiciones de una situación rápidamente cambiante”, sin precisar la duración de las maniobras.

Lo que sí se ha especificado de forma clara es la finalidad de estas actividades: “El objetivo de este test es evaluar la preparación y la capacidad del personal para reaccionar rápidamente a una eventual crisis”, ha subrayado el departamento de prensa del Ministerio de Defensa.

Las sospechas de Ucrania

A lo largo de la guerra, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha señalado a Bielorrusia como uno de los cómplices de Rusia para llevar a cabo la invasión que sufre su país desde el pasado 24 de febrero.

El Ejército ruso utilizó el territorio bielorruso fronterizo con Ucrania para su incursión militar al inicio de la campaña y también lo usó posteriormente para retirarse allí cuando abandonó las regiones norteñas ucranianas de Kiev y Chernígov.