Wali, ese es el nombre ficticio de uno de los mejores francotiradores del mundo. Su obsesión es no ser reconocido por nadie ahora que está combatiendo junto a las fuerzas ucranianas. Por ello, en la entrevista concedida a El País, ha solicitado que no se comunique ni su nombre real ni el lugar exacto en el que se encuentra actualmente.

A mediados del pasado mes de marzo, algunos medios rusos informaron de que Wali había fallecido durante uno de los ataques a la asediada ciudad portuaria de Mariupol, y al francotirador canadiense no le ha sentado demasiado bien el bulo: “Me sorprendió una fake news tan simple. Mejor hubieran dicho que asesiné a prisioneros de guerra”, ha afirmado.

No obstante, pese a esa noticia falsa que hace referencia a una ciudad en la que Wali ni siquiera ha combatido, el francotirador no está convencido de que el Ejército ruso vaya a ir de forma decidida a por él: “Es una posibilidad, aunque me parece que tienen objetivos más prioritarios. No creo que pongan tanta energía en mí”.

Donde sí que ha estado Wali, según cuenta en otra entrevista en El Mundo, es “en primera línea en Irpin y Bucha”. El canadiense ha narrado que, durante su estancia en esos territorios, “los que lograban cruzar a nuestro lado nos contaban que los rusos estaban cometiendo crímenes de guerra". En esta entrevista, señala, todavía no ha apretado el gatillo, aunque estuvo a punto de hacerlo en alguna ocasión. "Lamento si no es lo que quieren oír, pero tengo que decir la verdad: no he disparado aunque he podido. No quería matar inocentes. Fue mi decisión, tal vez ha sido equivocada, pero es así. Eso sí, cuando he visto que eran rusos, avisaba a los ucranianos y ellos bombardeaban allí".

Pese a la crudeza de los ataques rusos, en los que, según dice, “están actuando como bestias”, el francotirador se muestra esperanzado respecto al desarrollo futuro del conflicto militar: “Vamos a ganar la guerra”, sostiene.

2015, el año en el que Wali comenzó a ganar notoriedad

Wali ha estado alistado en las Fuerzas Armadas de Canadá durante 12 años. A lo largo de ese periodo, estuvo en un regimiento de artillería en Nuevo Brunswick, en la infantería en Quebec y participó en dos misiones en Afganistán, donde cumplió tareas de patrullaje y formó a tropas locales.

Sin embargo, cuando comenzó a ganar fama fue en el año 2015, pocos meses después de darse de baja del Ejército. En ese momento decidió viajar al norte de Irak para luchar contra el Estado Islámico con los Peshmerga, la milicia kurda.

Una falsa leyenda que rodea a Wali

Sobre Wali se ha llegado a publicar que posee el récord de la muerte desde mayor distancia (3.540 metros). Sin embargo, el propio francotirador ha desmentido haber logrado ese hito: “Soy bueno con el rifle, pero nada más. La leyenda y el símbolo son distintos a la persona”.

La realidad es que el responsable de ese famoso disparo no es él sino otro francotirador canadiense de la unidad de élite JTF-2, quien mató el 22 de junio de 2017 a un combatiente del Estado Islámico (ISIS) en Irak.