El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, ha asegurado durante una conversación telefónica con Emmanuel Bonne, principal consejero diplomático del presidente francés, Emmanuel Macron, que "uno no puede apoyar las conversaciones de paz en Ucrania y, al mismo, tiempo, enviar armas" a ese país. "China busca que se llegue a un alto al fuego lo antes posible y que vuelva la paz, y estamos trabajando sin descanso para llegar a ese objetivo a nuestra propia manera. Al mismo tiempo, creemos que todas las partes involucradas tienen que crear las condiciones necesarias para promover las conversaciones de paz en lugar de echar más leña al fuego", indicó Wang durante la conversación, recogió anoche la Cancillería china en un comunicado.

"Lo que no se puede es pedir un alto el fuego para parar la guerra y al tiempo enviar constantemente un mayor número de armamento y equipamiento avanzados que solo escalará aún más la guerra, y tampoco se puede apoyar el diálogo mientras se imponen sanciones unilaterales que solo estimulan que el conflicto se enquiste", agregó.

Por su parte, Bonne ha indicado que Francia siempre ha mostrado su compromiso con la paz y que se comunica con todas las partes, incluida Rusia, "en asuntos de importancia tales como la neutralidad de Ucrania". "Francia otorga una gran importancia al punto de vista de China en esta situación y está dispuesta a hacer aún más esfuerzos con la parte china para promover las conversaciones de paz, alcanzar un alto el fuego y solucionar la crisis", ha señalado Bonne, según el comunicado.

China mantiene su posición “neutral”

Hasta el momento, China no ha condenado la invasión rusa en Ucrania. De hecho, rechaza denominar el movimiento como “invasión”, y ha adoptado una posición de neutralidad escorada a Rusia. En la Asamblea de la ONU, Pekín se ha abstenido dos veces de condenar las acciones de Rusia. Hace unos días, el portavoz de Exteriores de China declaró que “no hay límites a la cooperación entre Rusia y China” mientras que los ministros de Exteriores de ambos países se reunían en la ciudad de Huangshan, en el este de China y prometían construir un nuevo orden mundial “multipolar, justo y democrático”.

Aunque China pretende mostrarse neutral su postura se acerca a Moscú. Este jueves la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió someter a voto la decisión de expulsar a Rusia o no de su participación en el Consejo de Derechos Humanos. Los resultados, con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones, hicieron salir adelante la propuesta. Rusia ya no se encuentra en el Consejo. China votó en contra de la expulsión.

En cuanto a la masacre de Bucha, China señaló este miércoles que “hay que basar cualquier acusación en los hechos”. "Las informaciones y las imágenes sobre la muerte de civiles en Bucha son muy preocupantes, pero hay que cerciorarse de la verdad. Las cuestiones humanitarias no se deben politizar, y cualquier acusación debe basarse en los hechos", indicó al respecto el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Zhao Lijian. El juego de siempre: Ucrania acusa a Rusia de haber matado a los civiles de la ciudad de Bucha sin ningún tipo de reparo, mientras que Moscú niega todos los hechos a pesar de las imágenes satélitales publicadas por el NYT que demuestran que los cadáveres se encontraban en las calles antes de que las tropas rusas abandonasen la ciudad.

Además, los servicios de inteligencia alemana interceptaron comunicaciones de militares rusos que demuestran que la matanza de Bucha se realizó a manos de las tropas del Kremlin, según recoge la revista alemana Der Spiegel. Los funcionarios del servicio federal de inteligencia exterior (BND) informaron a los diputados de las conversaciones interceptadas, según la revista, que afirma que estas grabaciones contradicen la versión de Moscú de que los cadáveres de personas vestidas de civiles encontradas en Bucha fueron colocados después de que las tropas rusas dejaran el lugar.