Los embajadores de los países miembros de la Unión Europea han confirmado el nuevo paquete de sanciones a Rusia que adelantaron días atrás. Los representantes de Los Veintisiete han dado luz verde este jueves a la que es la quinta ronda de sanciones. Entre ellas se incluye el embargo a la importación del carbón de este país, en respuesta a la masacre de civiles en ciudades cercanas a Kiev. Una de las más evidentes, la de Bucha, y que le ha costado un 'castigo' por parte de la ONU.

Fuentes diplomáticas aseguran que los Estados han dado su aprobación a un paquete de medidas "fuerte", que cuenta como principal novedad las sanciones al sector de la energía, como es el carbón. El impacto directo, según los primeros cálculos, serían unos 4.000 millones de euros menos para las arcas rusas. El golpe, no obstante, no es tanto en comparación con los ingresos que obtiene el Kremlin con el gas y el petróleo, que representa cerca de 800 millones diarios.

La adopción final de esta resolución llegará el viernes, una vez que finalice el procedimiento escrito emitido por los embajadores. En las recientes reuniones, mantenidas durante los dos últimos días, se han desarrollado los últimos detalles técnicos de las medidas, con diferentes aspectos que generaban dudas entre los países de la Unión.

Sanciones a la banca e importaciones

Con esa nueva remesa de acciones se limita al sector bancario, con la prohibición de transacciones de cuatro bancos importantes, entre los que se incluye el VTB (el segundo mayor del país). Con ella el viejo continente aspira a debilitar el sistema financiero de Rusia, con una decisión que afectará al 23% de la cuota de mercado, de acuerdo con el Ejecutivo comunitario.

Pero las sanciones van más allá, y afectarán también a la llegada de barcos rusos a puertos europeos, donde tendrán prohibida su entrada: las sanciones al transporte aéreo se suman de extienden de esta forma al marítimo. Como excepciones, aquellos que implican servicios esenciales como la exportación de productos agrícolas y alimentación, ayuda humanitaria y energía. Del mismo modo, se aplican restricciones a los operadores de transporte por carretera de Rusia y Bielorrusia, algo que limitará "drásticamente" su acceso a ciertos bienes.

Límites a la tecnología y productos rusos

También se debilita uno de los sectores que, en cuanto a exportaciones, Rusia es más vulnerable: la computación cuántica, los semiconductores, maquinaria sensible y equipos de transporte. Se prevé un daño cercano a los 10.000 millones de euros, con una medida que "degradará la capacidad tecnológica rusa", según dijo la presidente del Ejecutivo comunitario, Usrula von der Leyen.

Se prohíben también las importaciones de productos procedentes de Rusia, como madera, cemento o licores, con el objetivo de cortar el grifo monetario entre Moscú y los diferentes oligarcas del país. La medida afecta a varios sectores, que movilizan cerca de 5.500 millones de euros al año. También se interviene en el veto de la participación de empresas rusas en la contratación pública de los Estados miembros de la UE, así como la exclusión del apoyo financiero a los organismos públicos de este país.