Soraya Sáenz de Santamaría se convirtió en uno de los activos más fuertes del Partido Popular debido a la confianza otorgada por parte de la dirección nacional de la formación, debido a su gran trabajo en la jurisprudencia, como abogada del Estado, y por ser uno de los mayores exponentes femeninos en la política.

Sus inicios en el PP datan de cuando fue elegida en el 2000 por Mariano Rajoy, hasta entonces ministro, para formar parte de la asesoría jurídica del Grupo Popular, hasta que ocho años más tarde, el propio Rajoy le entregó los bártulos a Sáenz de Santamaría para ser Portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, en sustitución de Eduardo Zaplana.

Los casos de corrupción que sufría el PP en esa época, acompañado de los enfrentamientos entre el Gobierno de España y la soberanía catalana, hicieron que la formación política precisase una figura sólida y con experiencia para ir de la mano con el presidente Rajoy, como Soraya. Por ello, el 21 de diciembre de 2011 se convirtió en la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, como también su función de portavoz en el hemiciclo.

La moción de censura del año 2018 promovida por la oposición hacia el Gobierno de Rajoy, provocó que Sáenz de Santamaría dejase sus funciones en el Ejecutivo nacional, para centrarse y buscar el apoyo de los afiliados y representantes del Partido Popular para ser la nueva líder en la dirección nacional tras el cese de Rajoy. No obstante, el resultado de las elecciones primarias del 21 de julio de 2018 se saldó con la victoria de Pablo Casado, último máximo representante del PP en su dirección nacional.

El Consejo de Estado, su única vinculación con la política

Tras no alcanzar el apoyo de los militantes y representantes del Partido Popular presidenta del partido, es nombrada tres meses más tarde como miembro del Consejo de Estado, uno de los máximos órganos consultivos del Ejecutivo de nuestro país, y que según cuenta fue elegida por Pedro Sánchez. Seguidamente, su vinculación con la rama de las leyes y la jurisprudencia le permitió su incorporación un año más tarde al despacho de abogados Cuatrecasas, para formar parte del Consejo de Administración y a su vez ser socia de la marca.

Por el momento, la que fue vicepresidenta del Gobierno “no echa nada de menos la política”, según señalan desde el entorno de su núcleo familiar. Además, el paso a un segundo plano le ha permitido poder disfrutar de aquello que no disfrutaba antes, la familia y los viajes, según cuenta una entrevista. Del mismo modo, ha asegurado en varias ocasiones mantener mucho contacto con Mariano Rajoy y con Pedro Sánchez, a pesar de no tener ninguna relación directa con la vida política.