Cuando en 2006 Santiago Niño Becerra advertía de una futura crisis económica no fueron muchos los que le creyeron. Este economista vio, mucho tiempo antes que otros, la llegada de la crisis de 2008. Dos años antes ya vislumbraba las posibles consecuencias económicas de lo que estaba por llegar debido, según sus palabras, a las "elevadas tasas de endeudamiento".

Desde entonces, sus opiniones son seguidas por muchos, y más todavía cuando no sería hasta el año 2015 cuando se saldría de la recesión, cuando otros apostaban por que en 2010 ya se empezaba a ver la luz tras un oscuro periodo. Para el caso de España, predijo que no lo haría hasta algunos años más tarde, en 2018.

Ahora, el 'gurú' de la economía ha lanzado en Espejo Público una nueva predicción sobre la economía española, justo después de conocer el dato de la inflación relativa al mes de marzo (un 9,8%). En primer lugar, el experto recuerda la estimación del Banco de España, que calculaba cerca de un 10% de inflación a finales de marzo y primeros de abril. "Una inflación del 9,8% en marzo equivale a una de entre el 11 y el 12% en diciembre", señala.

Evolución al alza

Becerra, además, recuerda que la tendencia de los últimos meses en lo referente a la inflación iba al alta, sin tener en cuenta el inicio de la guerra en Ucrania. "Ya nos hemos olvidado de que antes de que el primer soldado ruso cruzase la frontera de Ucrania la inflación en España ya era del 7,4% y de que España cerró el año pasado en el 6,5%".

En su opinión, explica, la política "no pinta nada" para explicar la situación que se está produciendo de unos meses a esta parte. Según Niño Becerra, "es una cuestión de inflación estructural, falta de productividad y problemas de suministros generados por la pandemia". El economista señala la "peor" situación de España respecto a otros países europeos. "Veníamos con inercia, nos ha afectado más".

Por otro lado, aunque afirma que otro Gobierno "de cualquier color" hubiera actuado de forma similar, achacando la coyuntura al conflicto en Ucrania, critica que "una de las cosas que peor está haciendo es decir que la guerra tiene la culpa de todo".

"Estabilidad por la zona de abajo"

Para las próximas décadas el economista tampoco se muestra muy optimista, señalando que espera una "estabilidad, pero por la zona de abajo. No va a haber hiperinflaciones, ni evoluciones dramáticas en las bolsas, pero se acabó aquello de ir al banco a pedir un crédito para irnos a las Maldivas".

Por otro lado, advierte de que "la desigualdad va a aumentar mucho", con una concentración de capitales más extrema, corporaciones cada vez mayores y pequeñas y medianas empresas que sobrevivan como "satélites" de las grandes. Por último, señala como se producirá "un nuevo reparto de poder", en el que Rusia va a estar aliada con China. "La que va a pagar el pato va a ser Europa, que va a depender cada vez más de Estados Unidos, y China va a ganar un aliado que es Rusia".