Las relaciones diplomáticas entre Corea del Norte y Japón se han visto enturbiadas en las últimas horas, tras el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM). El artefacto, el primero que lanza el país asiático de esta potencia desde el año 2017, cayó en el mar, a unos 150 kilómetros de la ciudad de Hokkaido, al norte de Japón. El hecho supuso una violación de la suspensión prometida por Kim Jong-Un a la comunidad internacional.

Este viernes se han conocido más detalles del lanzamiento, tras la publicación de un vídeo del momento por parte de la televisión estatal del país. El nuevo misil, un Hwasong-17 con un alcance que puede llegar a los 15.000 kilómetros, quedó en parte eclipsado por la puesta en escena del presidente de Corea del Norte. Con gafas de sol oscuras y chaqueta de cuero negra, Kim Jong-Un dejaba casi en un segundo plano el momento del lanzamiento.

La presentadora local Ri Chung Hee fue la encargada de dar paso al vídeo, en el que se explicaba que el Ejército norcoreano había lanzado con éxito un misil al que algunos, por su gran tamaño, apodan "el monstruo". Fue lanzado desde el aeropuerto de Sunan, cercano a la capital del país (Pyongyang).

Los datos del lanzamiento

La música de suspende de fondo y fragmentos a cámara lenta trataban de darle tintes épicos a los momentos previos al despegue del artefacto. Frente al vehículo, el presidente junto a dos de sus hombres clave en materia de misiles: el director de la Academia Nacional de Ciencias de la Defensa, Jang Chang Ha, y el vicedirector del Departamento de Maquinaria, Kim Jong Sik.

Antes del lanzamiento, los tres sincronizan sus relojes al salir del hangar militar en el que se encontraba el vehículo que portaba el misil, una plataforma de once ejes. La cuenta atrás termina y el misil sale disparado hacia el cielo, momento en que la alegría se apodera de Kim Jong-Un y el resto de los presentes en el lugar.

La agencia estatal KCNA asegura que el cochete alcanzó una altura máxima de 6.248 kilómetros y recorrió 1.090 kilómetros antes de aterrizar en las aguas del mar nipón. La acción provocó una cascada de críticas contra el gobierno de Kim Jong-Un. El presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, condenó el disparo "con contundencia". Y al rechazo del presidente siguieron unos ejercicios militares con varios de sus misiles principales.

Desde Japón, el país afectado, su primer ministro Fumio Kishida calificó el lanzamiento como "temerario e inaceptable". Mientras, Estados Unidos aseguró que esta maniobra supone una "violación descarada" de las resoluciones de la ONU, además de incrementar la tensión de forma innecesaria.