El rey emérito podrá ser juzgado por acoso. La justicia británica ha rechazado este jueves la petición de inmunidad presentada por el rey emérito de España, Juan Carlos I, en el marco de una demanda de acoso presentada por su examante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, ante la Alta Corte de Londres. "La reclamación de la demandante se basa en una conducta de acoso por parte del demandado" y "tales actos no entran dentro de la esfera de la actividad gubernamental o soberana", afirmó el tribunal para justificar por qué "la demanda de inmunidad fue rechazada".

Los abogados de Juan Carlos I habían tratado de convencer al magistrado de que el emérito todavía tenía inmunidad por su condición de “soberano” y por ser miembro de la Familia Real, conceptos que reconoce la justicia británica pero que no considera suficientes. Corinna explicó en diciembre de 2020 que había sufrido acoso del emérito y de otras personas en su nombre, como el exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán.

"Los actos de vigilancia alegados por la demandante, si fueron realizados por agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), podrían gozar de inmunidad estatal, pero el Estado español no ha reclamado dicha inmunidad y no está claro qué papel preciso desempeñaron los agentes del CNI en los en los supuestos actos de acoso", dicta la sentencia.

Estos acosos y espionajes por parte del emérito tenían como objetivo, siempre bajo los argumentos de Corinna, recuperar los 65 millones de euros que le había transferido en 2012 o retomar la relación sentimental. Según la danesa, este acoso se dio en amenazas, vigilancia electrónica y seguimientos a ella y a sus asesores.

Corinna asegura que Juan Carlos intentó reanudar su relación y, cuando ella lo rechazó, el exsoberano emprendió un "patrón de conducta equivalente al acoso". "Exigió la devolución de los regalos", fue "amenazante" y "posteriormente llevó a cabo u organizó una serie de actos de vigilancia encubierta y abierta, causando angustia y ansiedad" en su examante, según la demanda. El recurso desestimado por la justicia británica permite a Corinna seguir adelante con su demanda civil contra el padre del actual rey Felipe VI en Londres, donde ella tiene dos residencias.