A Rusia no le salen las cuentas. Si en diciembre tenía 190 mil soldados rodeando Ucrania en diferentes puntos del país, llama la atención la llamada ayer a soldados desde Oriente Próximo para que se unan a sus filas. El gobierno de Putin llegó a pedir 16 mil soldados.

Y es que las tropas moscovitas han sufrido tras 23 días de guerra, el 10% de sus tanques y tantas bajas como Estados Unidos en la guerra de Irak y Afganistán durante 20 años. Habría 7 mil soldados fallecidos y hasta 21 mil soldados heridos.

Los datos que enfadan a Putin

Los datos del propio Kremlin avisan que hay 230 tanques perdidos (abandonas la gran mayoría) un 10% de todos los que posee. En la batalla de Voznesensk los soldados rusos dejaron atrás 30 de los 53 de sus tanques. Los ucranianos los pintan con su bandera en cuanto los ven.

Voluntarios para apoyar a Ucrania

Desde hace semanas son miles los hombres ucranianos de 18 a 60 años que se incorporan a la milicia en virtud de la ley marcial aprobada por el presidente Zelenski. En algunas zonas no hay armas aún y los hombres esperan su turno. Junto a ellos, voluntarios locales y extranjeros para apoyar al país invadido. Moscú ha tenido que pedir ayuda a otros países también en conflicto, lo que llama la atención sobre el supuesto podería del ejército ruso, tal y como pasó con el ejército afgano cuando llegaron los talibanes en septiembre.

Según El Mundo, en los tanques abandonados se habrían encontrado máquinas de cifrado de códigos, como las famosas 'Enigma' alemanas de la Segunda Guerra Mundial o las 'Fialka' soviéticas de la Guerra Fría. Las tropas rusas han recurrido a los walkie-talkies para comunicarse, aunque el ejército de Ucrania les escuche.

En Jerson, la única capital de provincia que han podido conquistado tras 23 días de invasión, los soldados ucranianos destruyeron ocho helicópteros rusos en el aeropuerto de Gerson junto a un convoy de vehículos militares.

Arresto para la cúpula militar

El dato más llamativo, la cúpula de inteligencia está en arresto domiciliario por sus errores en la valoración de la resistencia ucraniana, que los rusos creían que sería totalmente diferente, incluso que no habría resistencia. Un enfado que crece tras ver cómo, en teoría Rusia llevaría gastados millones de rublos para preparar el terreno con la compra de profesores, periodistas, militares... y no ha tenido efecto alguno.