Las muestras analizadas del 'caso Alcàsser' no aportan nuevas evidencias
Un análisis de 116 muestras obtenidas en los vehículos de los sospechosos no han arrojado resultados positivos ni pruebas inculpatorias.
Continúan las pesquisas en el caso Alcàsser. El Departamento de Biología de la Guardia Civil no ha hallado restos de ADN en las 116 muestras obtenidas en los vehículos de Miguel Ricart, único condenado por el triple crimen de Alcàsser, y Antonio Anglés, prófugo de la Justicia y principal sospechoso. Los resultados no arrojan pruebas inculpatorias.
Según consta en un informe pericial remitido al Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira (Valencia), responsable de la investigación, al que ha tenido acceso EFE, no ha sido posible amplificar posibles muestras de ADN y, en consecuencia, no ha sido posible su comparación con las de los sospechosos y víctimas de este suceso.
Sobre esta inspección, la Guardia Civil ha remitido un primer informe al juzgado con algunos datos tras 116 muestras analizadas en el Opel Corsa de color blanco y el Seat Ronda azul propiedad de los considerados autores del triple crimen: más de noventa son hisopos y, el resto, envoltorios de caramelos, palillos o pelos. Estas muestras se metieron en una máquina que revela el AND para ver si se podía obtener algún tipo de información relativa a si las víctimas viajaron en esos vehículos, pero no se han conseguido resultados positivos.
Queda pendiente un análisis de las pruebas obtenidas en los escenarios del crimen
Los resultados han sido publicados meses después de que el juzgado ordenase remitir al Instituto Nacional de Toxicología pelos y otras evidencias relacionadas con el triple crimen de Alcàsser para el análisis del AND. Así mismo, el juez pidió una nueva inspección ocular de los vehículos de Miguel Ricart y Antonio Anglés por parte del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Guardia Civil.
Esta era una de las dos diligencias, en forma de análisis, que había ordenado el instructor del caso a petición de las partes, de modo que queda pendiente una segunda. Será cargo del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, en la que se analizarán multitud de pelos obtenidos en escenarios del crimen como la caseta de La Romana, la fosa o en los ropajes de las víctimas.
Este análisis será realizado por los laboratorios del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid y Barcelona, y se espera poder comparar las muestras obtenidas con las de siete hombres que fueron considerados en su día sospechosos.