La Isla de las Serpientes ha sido el último territorio que ha tomado Rusia en su invasión a Ucrania, según han informado medios locales. Este islote deshabitado, ubicado en el Mar Negro, está situado a 'solo' 45 kilómetros de la ciudad rumana de Sulina. Este territorio estaba defendido únicamente por 13 soldados ucranianos, que no quisieron rendirse y murieron "heroicamente", según ha confirmado el propio Volodímir Zelenski.

Por ello, el presidente ucraniano ha decidido otorgarles el "título de Héroe de Ucrania de manera póstuma". Esta isla se ubica también a 300 kilómetros de Crimea, península ucraniana anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, por lo que tiene un gran valor estratégico a pesar de su pequeño tamaño (18 hectáreas).

Este jueves llegó un buque de guerra ruso para tomarlo, pero se encontraron con un destacamento de 13 soldados ucranianos. El medio nacional Ukrayinska Pravda (La Verdad de Ucrania) ha publicado el intercambio que tuvieron por audio. "Este es un buque de guerra militar ruso. Le sugiero que depongan sus armas y se rindan para evitar derramamiento de sangre y bajas innecesarias. De lo contrario, será bombardeado", fue el mensaje de los invasores. "Buque de guerra ruso, vete a la m...", fue la respuesta de uno de los soldados, las últimas palabras que se escucharon.

Rumanía, en alerta

Esta conquista ha alertado a Rumanía, que ve con preocupación cómo el Ejército ruso avanza hasta territorios que colindan con sus fronteras. Armand Gosu, experto rumano en el espacio exsoviético, señala que "la campaña militar en Ucrania es una demostración de fuerza por parte de Putin, más para occidente que para la opinión pública rusa o para los ucranianos", en declaraciones recogidas por 20minutos.

Gosu considera que Putin no va a parar si sale victorioso de Ucrania. "Me temo que el próximo objetivo de Putin pueda ser un país de la OTAN, uno de los países bálticos o Rumanía", advierte, a la vez que considera insuficientes los soldados desplegados por la OTAN en estos países para disuadir a Rusia.

Rumanía tiene más de 650 kilómetros de frontera terrestre, fluvial y marítima con Rusia, en una zona donde estos han aumentado su presencia militar en los últimos años. Esto está haciendo que Rumanía tenga muchas dificultades para atraer inversores que puedan extraer el gas que se halla en grandes cantidades en sus aguas territoriales, una energía que podría facilitar la independencia energética de Rusia.