El palacio romano en el que se conserva el único mural conocido de Caravaggio se ha quedado sin comprador, según ha informado El País. Tras subastarse este martes, con un precio de salida de 33 millones de euros, los organizadores han observado perplejos cómo nadie pujaba por él. Por tanto, la subasta ha quedado desierta y volverá a tener lugar en unos meses, con un descenso del precio mínimo de una propiedad tasada en 471 millones de euros por un perito, ya que para los expertos tiene un valor "incalculable".

La puja había sido apodada en Italia como "la subasta del siglo", pero ha tenido más detractores que interesados. En el mundo de la cultura se han sucedido las protestas por estas subastas y han pedido que el Estado italiano compre esta joya del barroco aprovechando su derecho de tanteo. Los expertos y amantes de la cultura consideran que tiene un gran valor histórico, además del cultural, pero el Estado no puede pujar hasta que no haya un comprador privado.

Este palacio de seis plantas está en Roma y fue bautizada con el nombre de Villa de la Aurora en el momento de su construcción, a finales del siglo XVI. Está rodeado de un gran jardín y en una de sus salas se encuentra el único mural conocido de Caravaggio, un óleo sobre estuco, donde están representados los dioses Júpiter, Neptuno y Plutón. A pesar de que los trabajos realizados con esta técnica se suelen deteriorar con facilidad, este se conserva en buen estado.

Esta villa ha sido la residencia de la familia Ludovisi y por ella han pasado muchos cardenales e, incluso, dos papas. Además de la obra de Caravaggio, se encuentran piezas de artistas como Guercino, Dominichino, Paul Bril o Giambattista Viola. Pero no solo destaca por las pinturas de su interior, sino que el exterior está repleto de esculturas clásicas y barrocas, muchas de ellas ya vendidas.

Un problema hereditario

Para los expertos, es una auténtica joya. Stendhal, escritor francés, describió su jardín como uno de los más bonitos del mundo. Alessandro Zuccari, profesor de Historia del Arte de la Sapienza de Roma, la definió en 2019 durante su participación en la tasación como "una unidad de arquitectura, pintura, escultura y decoración única en el mundo". La propiedad ha salido a subasta porque tras la muerte en 2018 de su propietario, Nicolè Boncompagni Ludovisi, sus herederos no podían mantenerla y debían saldar una deuda tributaria.

A pesar de que personalidades como Bill Gates, fundador de Microsoft que ofreció 176 millones de euros por ella hace 15 años, o el sultán de Brunei han intentado hacerse con ella en los últimos años, a la hora de la subasta nadie se ha atrevido a pujar por ella. Para participar en la subasta hay que depositar el 10% del precio inicial, que será de 26,4 millones de euros, y ofrecer al menos un millón más cada vez que se quiera subir la oferta. El gobierno italiano tiene 60 días desde la fecha de compra por un pujador privado para ejercer su derecho de tanteo, ofreciendo lo mismo por lo que se ha comprado.