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El desierto tóxico que acumula toneladas de ropa usada

El desierto de Atacama, situado al norte de Chile, se ha convertido en un gran vertedero de prendas usadas que no han podido vender otros países.

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El desierto tóxico que acumula toneladas de ropa usada
MARTIN BERNETTI AFP via Getty Images

El desierto de Atacama, localizado en la región chilena de Antofagasta, se ha convertido en noticia, no por ser una de las zonas más áridas del planeta con una amplia diversidad de entornos diferentes gracias a su ecosistema, sino por la acumulación de grandes cantidades de ropa que está destrozando el paisaje de este desierto situado al norte del país. Asimismo, el movimiento ambientalista de Greenpeace subrayó que todas las prendas desechadas pueden tardar en desintegrarse hasta dos siglos, por lo que reclaman una respuesta urgente de las autoridades.

No obstante, este cementerio de ropa es visitado por los residentes de la ciudad de Alto Hospicio, que aprovechan su visita para la búsqueda de indumentaria para poder llenar su armario y hacerse con la mejor prenda para combatir el clima de la zona. Además, muchas de las prendas arrojadas en el desierto están prácticamente nuevas y sin ningún desperfecto, incluso algunas tienen la etiqueta y el precio.

¿Por qué este desierto acumula toneladas de ropa usada?

Toda la ropa que inunda este emblemático desierto chileno procede de vestimentas de segunda mano rechazadas por algunos continentes, entre ellos Europa y Asia, y países, como Estados Unidos o Canadá. Cada año, aterrizan en este lugar árido unas 60.000 toneladas de prendas usadas, a través del puerto de Iquique, ya que las transacciones están exentas de cualquier tipo de impuesto. Además, Chile es uno de los principales importadores de este tipo de ropa de toda Sudamérica.

Principalmente, China y Bangladesh son los dos grandes países exportadores de ropa a nivel mundial, debido a su bajo coste de precio, y hacen posible que las grandes superficies puedan disponer de este tipo de prendas, bajo la etiqueta de ‘low cost’. Sin embargo, los envíos son desorbitados, por lo que los países receptores no pueden hacer frente a la venta de estos productos y acaban sumergidos en este vertedero ilegal.

Sin embargo, este problema no es una casualidad, ya que diariamente se desprenden unas 20 toneladas de prendas en el desierto de Atacama. “Esta vestimenta se desecha en las colinas de nuestro municipio. Hasta 20 toneladas de ropa vieja van a parar a diario a este singular paraíso”, reconoce el responsable de Medio Ambiente de la región colindante, Edgar Ortega. Del mismo modo, la ropa desechada en este lugar presenta productos químicos y no biodegradables, “que no son aceptados por los vertederos municipales”, según cuenta el fundador de EcoFibra, Franklin Zepeda.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denuncia la devastadora actividad medioambiental que está sufriendo el desierto de Atacama, ya que la producción de ropa se duplicó en la primera década de este siglo, lo que ha provocado una enorme estampida de productos. Por ello, justifican que la falta de medios naturales, como el agua, es por culpa de los principales fabricantes de ropa en el mundo, que están provocando un grave daño para el medioambiente.