Uno de los acontecimientos más polémicos en Reino Unido durante el confinamiento era la fiesta que cada viernes tenía lugar en Downing Street, una calle de Londres que alberga las residencias oficiales del primer ministro del Reino Unido y del Canciller de la Hacienda, según informó este sábado el diario inglés The Mirror. En ella, semanalmente se descorchaban botellas de vino para celebrar el final de la semana laboral, a pesar del confinamiento.

Este es uno de los varios escándalos y acusaciones en los que se ha visto envuelto el político a lo largo de todo su mandato. Mientras todo el mundo estaba confinado en su casa, integrantes del equipo de gobierno celebraban cada viernes esta fiesta, lo que le ha hecho ser la diana de las críticas de la oposición y de su propio partido. Esto ha provocado la peor crisis en el gobierno del dirigente conservador, que llegó al poder en julio de 2019 y que se encuentra en la cuerda floja.

Disculpas públicas

El pasado miércoles, Johnson tuvo que salir al paso de las críticas y pedir disculpas públicamente en el Parlamento por haber acudido a una de estas fiestas en mayo de 2020, un evento que aseguró que pensaba que era una reunión de trabajo. Por supuesto, esta justificación levantó irritación y mofas a partes iguales. Más si cabe según han ido saliendo diversas informaciones al respecto.

Por ejemplo, ha salido a la luz la celebración de una fiesta en la sede del gobierno en abril de 2021, en la víspera del entierro del príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II. En aquel momento estaba vigente un estricto confinamiento, si bien cabe recalcar que Johnson no estuvo presente en la misma.

Donde sí estuvo presente fue en al menos una de las fiestas que cada viernes celebraban los empleados de Downing Street, denominadas 'los vinos de los viernes' ('Wine-time fridays, en inglés'), una tradición al terminar la semana laboral que siguieron llevando a cabo a pesar de las restricciones.

Piden la dimisión de Johnson

Esta información ha sido revelada por The Mirror, que asegura que Johnson estaba al tanto de estas fiestas y que "pensar que no lo sabía no tiene ningún sentido". De momento, el primer ministro y sus compañeros se gobierno deberán esperar a lo que dictamine el informe que se está realizando sobre si se saltaron las normas en varios momentos.

Keir Starmer, líder de la oposición laborista, ha pedido su dimisión. "Asistimos al triste espectáculo de un primer ministro sumido en las mentiras y en los embustes, incapaz de dirigir", critica el político, a quien han acusado de hipócrita al ver la luz fotos donde se le puede observar bebiendo cerveza con empleados del partido en una oficina el pasado mayo, cuando estas reuniones estaban prohibidas.