Los menores de 65 años que se infecten de COVID no podrán recibir la dosis de refuerzo hasta pasadas unas semanas desde su contagio. Así lo ha establecido el ministerio de Sanidad en la nueva actualización de su Estrategia de vacunación frente al COVID en España. De momento, esta dosis solo está aprobada para mayores de 40 años, que deberán recibirla seis meses después de la última inyección, si se pusieron Pfizer o Moderna, o a partir de los tres meses en el caso de los vacunados con AstraZeneca o Janssen.

El documento compartido por Sanidad informa que "en las personas en las que se recomienda dosis de recuerdo que tengan antecedente de infección sintomática o asintomática por SARS-CoV-2 tras la pauta completa de primovacunación, se administrará esta dosis de recuerdo con ARNm al menos 4 semanas tras el diagnóstico de la infección". Esta tercera dosis, según datos recabados por el ministerio, ya se ha administrado a un 83% de la población permitida.

Vacunación en menores

El Ministerio ha aprovechado para informar sobre la vacunación en los menores, recordando que los niños de 5 a 11 años solo reciben la vacuna infantil de Pfizer, la única autorizada para ese rango de edad. Además, explica que el plazo entre dosis debe ser de 8 semanas. En el caso de los que cumplan los 12 años en ese intervalo de tiempo, se les inyectará la vacuna correspondiente a los adultos, pero nunca antes de haber pasado esos 2 meses.

Los niños que ya han pasado la enfermedad solo recibirán una dosis, siempre dejando un mes entre el diagnóstico o el inicio de los síntomas y la inyección. Sin embargo, a aquellos que se contagien en el periodo que debe transcurrir entre las dos dosis sí que se les administrará la segunda inyección, dejando pasar las cuatro semanas desde la infección así como las ocho semanas tras el primer pinchazo.

El país con mayor incidencia acumulada

Todo ello en una situación de un crecimiento de los contagios sin precedentes en toda la pandemia. La Navidad, con las consiguientes reuniones familiares, de amigos y comidas de empresa, ha hecho mella y ha provocado un aumento de infecciones que sitúa a España en el país europeo con más incidencia acumulada, con 2.433 casos por cada 100.000 habitantes.

Sin embargo, estas cifras contrastan con la presión hospitalaria, que aumenta pero se mantiene fuera del riesgo de colapso gracias a la alta tasa de vacunación (cerca del 90% de la población diana) y de la leve sintomatología de la variante Ómicron, que ya significa casi el 100% de los contagios en nuestro país.