Un cohete ruso descontrolado entra en la atmósfera
El Angara-A5 ha caído en el Océano Pacífico, en una porción de mar situada al este de la Polinesia Francesa, por lo que no ha habido daños materiales.
Un cohete ruso fuera de control ha vuelto a entrar en la atmósfera terrestre, según el Comando Espacial de Estados Unidos, que ha estado rastreando su descenso. Este cohete de carga pesada denominado Angara-A5 fue lanzado desde el puerto espacial de Plesetsk en la región noroccidental de la localidad rusa de Arkhangelsk el pasado 27 de diciembre.
La mayoría de la basura espacial se quema al volver a entrar en la atmósfera y apenas supone un riesgo para los humanos, aunque puede ser que partes más grandes puedan causar daños si aterrizan en regiones habitadas. Esto es lo que podría haber sucedido con el Angara-A5, que volvió a entrar en nuestra atmósfera este miércoles y que cayó al Océano Pacífico, en una zona situada al este de la Polinesia Francesa.
El cohete ha viajado a 7,5 kilómetros por segundo y su latitud y longitud de reentrada han sido de 121º Oeste y 14º Sur, según el astrónomo y rastreador de satélites Jonathan McDowell, que trabaja en el Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica. Por otro lado, Holger Krag, jefe de la Oficina de Desechos Espaciales de la Agencia Espacial Europea, aseguró que si bien era improbable que pudiera dañar o herir a alguien, "el riesgo es real y no se puede ignorar".
No obstante, no es la primera vez que sucede algo así. Sin ir más lejos, el año pasado la NASA cargó contra China por "no cumplir con los estándares responsables" después de que escombros de un cohete descontrolado utilizado para lanzar su estación espacial se hundieran en el Océano Índico. Este pesaba 20 toneladas, mientras que el ruso apenas alcanzaba las 4 toneladas.
"Estaba destinado a terminar en una órbita donde permanecería durante muchos miles de años. El cohete no pudo reiniciarse. El reingreso a la etapa china fue por diseño, lo dejaron deliberadamente en una órbita baja", ha dicho Krag. Según el dirigente, cada año vuelven a entrar a la atmósfera terrestre entre 100 y 200 toneladas de basura espacial, pero solo se conoce una persona a la que le haya alcanzado: Lottie Williams en 1997 en Texas, aunque salió ilesa.