El año ha comenzado con unas temperaturas muy elevadas para lo que acostumbra el mes de enero, dejando estampas más propias de la primavera en varios puntos de la península, unas condiciones a punto de desaparecer con la llegada del Día de Reyes. El primer mes del año suele estar relacionado a temperaturas bajas, y precipitaciones, a veces en forma de nieve, como ocurriera con el paso de Filomena hace ya un año. La situación para los días venideros parece una más propia de principios de año, aunque por el momento no parece la adecuada para la llegada de un nuevo temporal.

Por el momento, está previsto para este martes una masa de aire polar o ártico relacionada a una vaguada a partir de ese día, pero "no está prevista una nueva Filomena, que fue un episodio muy extremo", según explican desde la Agencia Española de Meteorología (AEMET). El desenlace general será un descenso notable en el mercurio, y precipitaciones, la mayoría en forma de lluvia, y que descargarán principalmente en el norte de la península ibérica.

El descenso de las temperaturas será bastante brusco, de entre 10 y 15 grados en cotas elevadas y en la mitad norte de España, dando lugar a registros que se mantienen en la media del mes de enero, e incluso por debajo en algunos casos. Volverán las heladas en algunos lugares donde es habitual este fenómeno, y en varios puntos del norte, se espera lluvia para los intervalos del día en los que se debe desempeñar la famosa Cabalgata de Reyes.

Unos Reyes gélidos

En la noche del 5 al 6, se esperan datos muy fríos en muchas localizaciones, se prevén temperaturas bajo cero en varios puntos, llegando a alcanzar los -6 grados centígrados en las provincias de Teruel y Soria, mientras que en municipios de Madrid, Salamanca, Zamora, Huesca, Pamplona, Vitoria, Lleida y Palencia se calculan mínimas de entre -3 y -5 grados. Andalucía, Ceuta y Melilla esperan lluvias para ese día, mientras que en Pirineos, la cota de nieve bajará hasta los 700 metros de altitud.

Las temperaturas durante el día difícilmente superarán los 15 grados, dejando precipitaciones y vientos moderados de forma intermitente, sobre todo en zonas del litoral cantábrico, donde también podrían llegar a darse temperaturas bajo cero. En las zonas montañosas del centro de la península, existe posibilidad de lluvia, aunque la tendencia anticiclónica hace pensar que solo se sufrirá ese descenso de temperaturas generalizado.

La masa de aire polar, el origen

La llegada de este aire gélido procedente de la parte norte del Atlántico es el origen de este cambio en la climatología. Después de unas jornadas de clima seco y suave, la llegada de vientos fríos y fuertes parecen anunciar un cambio en la tendencia más propio de estas épocas del año. Esta masa de aire entrará por el noroeste, aunque cambiará el paisaje de toda la pare peninsular del país. La meseta vivirá vientos fuertes y temperaturas bajo cero, mientras las zonas de costa serán el lugar propicio para las precipitaciones en forma de agua.

No se esperan fuertes nevadas en casi ningún punto, y mucho menos un caso similar a Filomena, que se convirtió en un caso único desde hace décadas atrás en España. Esta situación se mantendrá durante al menos una semana en la que las bajas temperaturas y los fenómenos invernales serán los protagonistas climáticos de los primeros días de 2022.