La variante Ómicron sigue contagiando a un ritmo voraz en todo el mundo. Decenas de países registran sus récords absolutos de positivos de la pandemia, un hecho que muchos investigadores han señalado como 'el principio del fin'. El elevado poder de transmisión de esta variante, ligado estrechamente a su sintomatología leve, son indicios de la evolución endémica que está viviendo el virus. La inmunidad de grupo vía contagios y sobre todo, vía vacunación, están haciendo que el 2022 empiece a ser un año de inflexión para la COVID-19.

Desde la OMS, las muestras de optimismo son notables, sus informes apuntan a que el pico de esta sexta ola se dará en unos días, a mediados de enero, y que desembocará en un descenso abrupto de casos, por lo que la incidencia bajará tan rápido como ha subido. La Organización Mundial de la Salud además, cree en la transformación de la pandemia en endemia, pero recuerda que es necesaria la solidaridad con las vacunas en países en vías de desarrollo, dejando así atrás la fase descontrolada de una enfermedad que se descubrió a finales del 2019.

Algunos expertos en inmunología en España, señalan a la posibilidad de que este 2022 ya nos acostumbremos a tener el coronavirus de forma endémica, lo que evitaría esa mortalidad y presión hospitalaria, dos factores que convertían al virus en un tema prioritario.

Alfredo Corell, catedrático de inmunología de la Universidad de Valladolid, participó en 'El Programa de Ana Rosa', donde afirmó que Ómicron es muy diferente del resto de variantes: "Solo se aloja en la zona alta de las vías respiratorias, no se aloja en los pulmones. Lo que hace que su capacidad de daño sea menor"

Una variante menos mortal que la gripe

Una de las muestras más características de Ómicron es la alta transmisión del virus, pero con un impacto reducido en cuanto a cuadros graves y mortalidad. Según los datos ofrecidos, Ómicron, con una mayor cantidad de contagios, ha dejado menos muertos que la Gripe Común en 2019 (el año previo a la pandemia), lo que nos daría a pensar que la COVID dentro de poco termine siendo un virus endémico y no lo distingamos del resto de gripes y catarros que surgen cada año.

Según cifras del Instituto de Salud Carlos III, entre el 26 de noviembre, fecha en la que se declaró a  Ómicron como variante de preocupación, hasta el pasado 30 de diciembre, se registraron en España un total de 1.163.733 contagios por Coronavirus. Esta cifra supone que en solo un mes el virus ha provocado más del doble de casos que los de la gripe de 2019, que fue diagnosticada en 490.000 casos. Pese a esta mayor incidencia de contagios, en estos poco más de 30 días, Ómicron ha causado 1.450 muertes, apenas una cuarta parte de los fallecimientos que sumaban los 6.300 decesos por gripe en 2019.

La forma de detectar Ómicron antes de presentar síntomas

Ómicron es muy diferente en cuanto al impacto, pero también lo es en cuanto a los síntomas que presentaban las anteriores variantes. Dolor de garganta, secreción nasal, estornudos y dolores musculares y lumbares, son los principales síntomas que muestra Ómicron, lo que camufla a la enfermedad como un resfriado común en muchos casos.

Según algunos estudios científicos, existe una muestra del contagio de Ómicron que aparece incluso antes de que lo hagan estos síntomas: La voz ronca y la afonía. Muchos de los casos que luego han resultado positivos en Ómicron, comenzaron con este tipo de problemas, antes de presentar el resto de indicios. Desde los organismos sanitarios gubernamentales advierten que se puede usar este síntoma previo a modo de prevención, para evitar contagios, pero siempre siendo conscientes de que la afonía se puede presentar por numerosos motivos.