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Un ganador del Euromillones reclama el premio sobre la bocina y otro está a punto de perderlo

Ambos casos se han dado en Reino Unido, en concreto en el barrio londinense de Newham y en la isla galesa de Anglesey, donde el plazo acaba en pocos días.

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Un ganador del Euromillones reclama el premio sobre la bocina y otro está a punto de perderlo.

Los juegos de azar, como la Primitiva, el Euromillones o la cercana Lotería de Navidad son uno de los pasatiempos favoritos de muchas personas, que sueñan con hacerse ricos de la noche a la mañana. Aunque las posibilidades de que esto suceda son muy bajas, prácticamente imposibles, hay algunos afortunados que resultan agraciados con premios millonarios.

La mayoría de los jugadores son asiduos a algunas de estas loterías y la juegan semanalmente, comprobando cada día posterior al sorteo si han tenido suerte. Sin embargo, hay quienes se olvidan de hacerlo o no se molestan al considerar que su combinación jamás será premiada. Por ello, son sonoros los casos de personas que han ganado millones de euros pero los han terminado perdiendo por no reclamar el premio.

Estos premios no duran para siempre, ya que los ganadores tienen un margen de tiempo determinado para reclamar el dinero. En España, por ejemplo, este plazo es de 90 días, más que suficiente para comprobar si eres millonario. Otros países dan aún más tiempo, hasta medio año, como sucede en Reino Unido, donde dos jugadores han estado en la situación límite.

Millonario sobre la bocina

Uno de ellos, de hecho, lo ha reclamado a solo dos días de que cumpliera el tiempo, ya que su plazo expiró este miércoles y esta persona reclamó el lunes el millón de euros que había ganado, según ha informado el diario local Newham Recorder. El otro aún no lo ha hecho y aún puede esperar hasta el 29 de diciembre, cuando perderá el millón de euros. Ambos jugadores son de Reino Unido, uno del barrio londinense de Newham y otro de la isla galesa de Anglesey.

Cuando se dan estos casos, los premios tienen diferentes destinos. Uno de ellos, el más habitual, es que pase a engordar las arcas públicas, como ocurre en España, donde se lo queda Hacienda. Otro caso que puede darse es el de destinar el dinero a actividades solidarias, como sucede con Euromillones que colabora con diversas ONGs.