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Italia da asilo a la niña afgana que fue icono de los refugiados

Sharbat Gula, que ahora tiene 49 años, consigue encontrar asilo en Roma después de que el Gobierno italiano facilitase y organizase su traslado al país.

FILE PHOTO: FILE PHOTO: Sharbat Gula, the green-eyed "Afghan Girl" whose 1985 photo in National Geographic became a symbol of her country's wars, arrives to meet with Afghanistan's President Ashraf Ghani in Kabul, Afghanistan November 9, 2016. REUTERS/Stringer/File Photo/File Photo
STRINGERREUTERS

Seguro que no es la primera vez que ven la fotografía de aquí arriba. La imagen, tomada por el fotógrafo Steve McCurry, mostró en 1985 el rostro de Sharbat Gula, una niña afgana que se encontraba refugiada en un campo de Pakistán. McCurry se desplazó allí entonces para llevar a cabo un reportaje sobre los refugiados afganos para National Geographic.

Gula regresó a Afganistán en 2016 y este jueves a la conocida afgana ha conseguido llegar Roma gracias a un programa de asilo y evacuación. “La ciudadana afgana Sharbat Gula acaba de llegar a Roma”, ha anunciado en un comunicado la jefatura de Gobierno.

La mujer tiene ahora 49 años y pidió salir del país después de la toma del Gobierno de los talibanes de este año. El gobierno italiano "facilitó y organizó" su traslado a Italia, como parte del programa para la evacuación de ciudadanos afganos y el plan para su recepción e integración, explica el comunicado.

De Afganistán a Italia, pero antes vivió en Pakistán

La foto de hace tres décadas "llegó a simbolizar las vicisitudes y los conflictos de esa etapa histórica que atravesaba Afganistán y su pueblo", escribió la oficina de prensa del primer ministro Mario Draghi. Sharbat Gula llegó a Pakistán como huérfana cuatro o cinco años después de la invasión soviética de Afganistán en 1979 junto con los miles de afganos que huían de las zonas de combate en la frontera.

Su imagen volvió a dar la vuelta al mundo cuando McCurry volvió a buscarla en 2002 y comprobó la vida difícil que seguía teniendo, por lo que la propuso de nuevo como protagonista de la portada de National Geographic. Analfabeta y madre de cuatro hijos, ignoraba que millones de personas habían visto su foto, ni que su imagen había desatado una movilización internacional a favor de los refugiados.