Hallazgo inesperado en el 'caso Alcàsser'
El retrato digital de un cadáver no identificado encontrado en Irlanda hace 15 años muestra un gran parecido con el autor del asesinato de las tres niñas.
El crimen de las niñas de Alcàsser ocurrió en 1992, pero a día de hoy sigue siendo uno de los casos más importantes y mediáticos de la criminología española. Los cuerpos sin vida de Miriam, Toñi y Desirée aparecieron hace ya 29 años, pero su presunto autor, Antonio Anglés, nunca fue encontrado. Sin embargo, una prueba de ADN reciente puede haber cambiado el rumbo de este caso.
Una de las acusaciones populares que participa en el caso del crimen ha presentado un informe ante la jueza instructora en el que se explica detalladamente la fuga de Anglés. Tras cometer el asesinato de las tres niñas el 13 de noviembre de 1992, el autor huyó a Valencia para realizarse un cambio estético. Meses después pasó por Cuenca y Portugal, donde cogió un barco rumbo a Irlanda. Pero en ese trayecto fue descubierto y saltó al agua, donde desapareció para siempre. Una pista reciente de su posible paradero, sobre el que se ha especulado mucho durante los últimos 29 años, le situaba en América Latina.
Un hallazgo clave
Sin embargo, hace 15 años, se encontraron restos de un cuerpo no identificado en la isla de Lambay, situada en la costa norte del Condado de Dublín, la capital irlandesa. No ha sido hasta ahora cuando se ha podido reconstruir el cráneo del cadáver digitalmente, y las autoridades irlandesas han pedido ayuda para identificarlo.
Esta petición de ayuda llegó a España, y las autoridades españoles quedaron perplejas al observar su gran parecido con Anglés, según la Cadena COPE. Por ello, la Policía española ha pedido que se coteje el ADN de este cráneo con el del asesino para comprobar que, efectivamente, se trata de él y poder cerrar, por fin, el caso Alcàsser. En Irlanda ya trabajan para poder extraer el ADN de los dientes y realizar esta comprobación.
El resultado del proceso no debería demorarse mucho y podría estar resuelto en 15 o 30 días. La Policía española espera con impaciencia los resultados de este trabajo, ya que de confirmarse que el cadáver pertenece a Antonio Anglés, el caso quedaría cerrado 29 años después y se pondría fin a la orden de búsqueda internacional que pesa sobre él. Sin embargo, si esto no sucediera y no fuera él, aún se le seguiría buscando y se le podría llevar a juicio, ya que el caso no prescribirá hasta 2029.