Una de las frutas más populares entre los consumidores es el kiwi, nombre por el que es popularmente conocida esta baya de la enredadera Actinidia deliciosa. Lo cierto es que antes de que comenzase a ser exportada por Nueva Zelanda en la década de 1950, era conocida con otra denominación relacionada con el país del que es realmente originaria: China.

En concreto, el origen de esta fruta se encuentra en las zonas subtropicales del país asiático, motivo por el que recibió el nombre de grosella espinosa china. Fue en Nueva Zelanda, gran productor de esta fruta, donde recibió el nombre de kiwi, apodo por el que también son conocidos internacionalmente los habitantes de la nación oceánica.

Los neozelandeses la bautizaron de esta manera por su parecido con los kiwis, unas pequeñas aves sin alas de color marrón nativas de este país. De hecho, y como explica el sitio directoalpaladar.com, es habitual que los ciudadanos de Nueva Zelanda se refieran a ella como kiwifruit para diferenciarla del ave.

Las dos variedades del kiwi

Esta fruta cuenta con dos variantes que pueden encontrarse en los supermercados: la verde y la amarilla. Está última, denominada Kiwi Gold, es una variedad del kiwi que fue creada en Nueva Zelanda en 1992 y que en la actualidad es posible adquirir en todo el mundo. La principal diferencia que posee con el kiwi verde es que tiene un sabor más dulce.

No obstante, ambas variedades cuentan con otras características que las distinguen. Como puede comprobarse al tacto, la piel del kiwi verde es rugosa, peluda, dura y más oscura que la del amarillo, que destaca por ser fina, lisa y dorada.

En cuanto a los aspectos nutricionales, no existen grandes diferencias en grasas y calorías entre el kiwi verde y el amarillo, variedad que aporta más vitamina C, aunque por una diferencia que apenas alcanza los 30 mg. Por su parte, el kiwi verde tiene más potasio y fibra que el amarillo, como detalla Mundo Deportivo. Respecto al magnesio, ambos son similares.