Los precios en España se han disparado los últimos meses. La inflación actual en nuestro país es la más grande de los últimos 29 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El Índice de Precios al Consumo (IPC) alcanzó en octubre una tasa del 5,4%, el valor más alto desde 1992.

El principal motivo de esta inflación se debe a la exagerada subida de los precios de la electricidad y de los cosbustibles, lo que ha provocado un efecto en cadena, trasladando este encarecimiento a otros sectores. Por ello, existen otros productos de la cesta de la compra que han aumentado considerablemente su valor, como desmuestra que la tasa de inflación subyacente (la que excluye de los cálculos a los productos energéticos) aumentó un 1,4% en octubre.

Uno de los sectores que más ha sufrido esta inflación ha sido el le vestimenta y el calzado, cuyos precios han aumentado en un 11,1%. Los alimentos y las bebidas no alcohólicas, productos de primera necesidad, han visto incrementado su valor en un 1,3% en 2021, mientras que el transporte ha llegado hasta el 2%, remontando la crisis económica que han sufrido con la pandemia.

Productos que han subido de precio

Los productos más básicos de la cesta de la compra española también han sufrido esta inflación. Su aumento de valor es sensiblemente inferior al de la electricidad o el combustible, aunque en algunos casos no es tanta la diferencia. Por ejemplo, el aceite de oliva es el que ha visto más incrementado su precio, disparándose en un 26% más con respecto al que tenía en 2020.

La reducción de la cosecha y la mayor demanda en el mercado internacional de productos españoles son algunos de los motivos de esta subida. Los refrescos también han sufrido un importante aumento de valor, llegando a una tasa del 10,7%, un incremento que coincide con el del Impuesto del Valor Añadido (IVA) acordado por el Ministerio de Consumo para las bebidas azucaradas, que ha pasado de un 10% al 21%, una subida que están soportando directamente los clientes.

La margarina (7,7%), la carne ovina (7,2%), los alimentos para bebés (5,3%) o las frutas en conserva (5,2%) son otros ejemplos del encarecimiento de la cesta de la compra este año. Incluso productos más indispensables como los huevos (4,3%), la leche desnatada (3,9%), la harina (2,4%) o el pan (2,1%) han sido incapaces de escapar a la inflación.

Alimentos han bajado de precio

Aunque no todo es encarecimiento. Aunque la mayoría de productos han visto incrementado su valor, hay excepciones que han resistido la inflación e, incluso, han disminuido su precio. Es el caso de los frutos secos (2,4% más baratos), las legumbres (-2,2%) o los derivados lácteos, con la mantequilla (-1,5%) y los yogures (-0,6%) contrarrestando en parte el encarecimiento de la cesta de la compra, según datos del INE.

Pero no son los únicos. El azúcar (-1,5%) o las frutas frescas (-1,4%) también se suman al abaratamiento. Esto hace que el consumidor tenga que elegir qué productos incluir en su cesta comparando los precios, lo que puede hacer que algunas personas tengan que cambiar su dieta. Los recortes llegan, incluso, a las bebidas alcohólicas. Los licores han visto descendido su precio un 2,2% respecto al que tenían a estas alturas de año en 2020, mientras que el del vino ha bajado un 2,1%. La cerveza rubia es la única superviviente a este baile de valores y se ha mantenido en el mismo precio que hace un año.