Boris Johnson ha decidido tomarse unos días de vacaciones y ha elegido España como destino, según adelantó el The Mirror y ha confirmado la Cadena Ser. Concretamente, el primer ministro del Reino Unido, se encuentra desde el pasado 7 de octubre en Torre de Tramores, un lujoso complejo situado en la localidad malagueña de Benahavís, cuyos propietarios están precisamente vinculados a la familia real británica.

Por su parte, El País recoge que el mandatario va acompañado de su esposa, Carrie, que está embarazada, y su hijo de 17 meses, Wilf. En un principio, la familia permanecerá en la Costa del Sol hasta el próximo jueves 14 de octubre, cuando regresará a Londres para seguir con su agenda de trabajo.

Parece que se trata de viaje muy privado y discreto, ya que las autoridades no estaban informadas. “No tenemos constancia oficial de su presencia en el municipio. Ni hay prevista una recepción oficial. Si realmente se encuentra en Benahavís, habrá venido para descansar y estar de vacaciones”, ha explicado José Antonio Mena, alcalde de la localidad.

Estancia de lujo

Torre de Tramores es una finca de lujo de 600 hectáreas ubicada en una de las laderas de Benahavís, al norte de Marbella, en la que se han hospedado numerosas celebridades desde 1986, como la princesa Diana o el actor británico Hugh Grant. Actualmente parte de la finca se alquila por unos 35.000 euros la semana.

Dentro de la finca, hay un antiguo cortijo de 10 habitaciones totalmente remodelado que cuenta con un edificio anexo para invitados, así como una lujosa casa de cinco dormitorios a unos 200 metros al este. Además, se encuentra rodeado de árboles y tiene vistas al mar, con lo que se respira una enorme tranquilidad allí. En las inmediaciones, también dispone de un helipuerto privado, dos piscinas, jacuzzi, pista de tenis, sala de juegos y otras muchas comodidades.

“Lo que distingue a esta escapada exclusiva y privada es la calidad y autenticidad de sus antigüedades y muebles, junto con el esplendor natural y la atmósfera histórica de su entorno”, se indica en la página web del alojamiento, considerado como un “refugio perfecto para relajarse, meditar e inspirarse, o entretener a familiares y amigos”.

Un viaje muy criticado

Las vacaciones de Boris Johnson han sorprendido en Reino Unido, ya que fuentes de Downing Street afirmaron en agosto que no descansaría este año, y han causado un enorme malestar, debido a que el país se encuentra sumido en una crisis desencadenada por la escasez de combustible y trabajo tras el Brexit. “El primer ministro viajó a la Costa del Sol mientras millones de personas se enfrentan a un aumento de las facturas de luz, un cruel recorte de beneficios, estantes de los supermercados vacíos y precios más altos de la gasolina, si es que pueden conseguir alguno”, criticaba The Mirror.

En cambio, Kwasi Kwarteng, el ministro británico de Comercio, se ha mostrado comprensivo: “En el último año y medio, ha estado a punto de perder la vida por culpa de la COVID-19, y su madre falleció hace dos o tres semanas. Es normal que haya decidido tener un pequeño descanso. Me parece muy razonable”.